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Vemos todo muy lejano. Los incendios australianos, la subida posible de los mares, el deshielo del Ártico o la ferocidad de los eventos meteorológicos habituales nos parecen ajenos a nosotros. Un día hacía calor, por lo que salí en la mañana, como muchas otras, con Bruno, mi viejo perdiguero sordo, pensando en qué día más extraño se me antojaba,
porque no había sonidos de pájaro alguno, ni el corretear de algún animalejo
despistado que otras veces me hicieran sonreír. Decidí descansar un poco. Me suelo sentar en un pino, viejo y grande.
Mi cantimplora me regaló agua fresca y bebí un poco, ofreciendo a Bruno en el cuenco de mi mano, como siempre. En ese silencio
sepulcral levanté los ojos hacía las
copas de los árboles y sentí un escalofrío. Bruno estaba inquieto, gruñía en
voz baja. Tal vez un saltamontes, me dije. El cielo empezó a ponerse gris y
el calor iba subiendo a una velocidad infernal. El olor acre de un fuego lejano
invadía el ambiente. El perro quería que regresáramos, estaba claro, pero el camino de regreso estaba en llamas. Me asusté bastante.
Llamé a urgencias,
a pesar de que la cobertura era pobre. Creo que apenas me escucharon decir
dónde, más o menos, me encontraba. Seguía con mi espalda apoyada en el viejo pino, mientras mis
manos temblaban y el perro daba vueltas arriba y abajo, ladrando al aire. El
fuego, que creí lejano, se había acercado deprisa, tal vez por el viento que soplaba, y que me hubo parecido reconfortante cuando salí de casa. Sopesé subir a una loma, pero una voz. interior, o del árbol, me convenció de permanecer allí. Bruno hacía el gesto de huir pero se quedaba a mi lado, ladrando. Un color dorado iba tiñendo
el escenario, con un crepitar de ramitas
abatidas por el fuego que constituían unos ruiditos como de roedores locos.
Apenas podía respirar, y sin soler hacer eso de rezar, pedí al destino que alguien llegase a rescatarme de ese espectáculo hipnótico pero dantesco.
Escuché las sirenas. Luego, unos chorros de agua se extendían ante mi vista,
creando diversos arco iris en el aire. Por último no sé si perdí el conocimiento. Me
hallaron acunada a los pies de mi pino viejo, con el perro avisando de mi
ubicación. Me incorporé y miré a mi alrededor. El perro estaba inquieto pero
feliz. No supimos determinar si mis ojos lloraban por el humo, o por la
tristeza de ver que, a pesar de que mi pino se había salvado, la montaña había
quedado silenciosa, humeante, vacía y desolada. Abatidos, llegamos a casa.
Nuestro árbol nos esperaría cuando, con el tiempo, el paisaje se recuperase.
Había sobrevivido, por esta vez.
Tu relato me llevó a una situación parecida en la sierra de Gredos, hace unos años. Fue una experiencia muy dura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es agobiante. Duro. Y por desgracia, muy real en Australia del este hasta hace unos días.
EliminarUn abrazo y porque sepamos rectificar
Qué dolor. No puedo imaginar cómo será ver el fuego de cerca, si sólo verlos en imágenes me causa una pena y un miedo enormes.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, y me ha impresionado, la forma en que has descrito el sonido del fuego, y las imágenes que has creado con los colores.
Feliz domingo.
He imaginado y agarrado escenas de la realidad. La imágenes de koalas eran para llorar.
EliminarUn abrazo y feliz noche
Amo la naturaleza... Me ha emocionado mucho tu relato, no es solo dantesco el hecho de ver desaparecer bajo las llamas algo tan bello, también el hecho de ser protagonista y el temor de ser pasto del fuego. Lo dicho... Me has emocionado mucho.
ResponderEliminarMil besitos y feliz día, bonita ❤️
Los cambios que hemos de hacer no sólo e mentalizarnos los ciudadanos, ni quitar el impuesto la sol en España, es buscar fuentes de energía renovables, y reciclar.
EliminarPorque sepamos rectificar. Un abrazo
Gran relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro que te gustara. Un escenario cada vez más común.
EliminarUn abrazo
No siempre será así, de momento tu estupendo relato acaba más o menos bien, el bosque se ha quemado tu pino no.
ResponderEliminarUn beso-
Ya está cantado. Será cada vez peor, seguro
EliminarUn abrazo
Los incendios de Australia son otro síntoma más de lo que se acerca.
ResponderEliminarTu relato es muy bueno... me he puesto nervioso solo imaginando lo que describes.
Besos.
Es una tragedia anunciada. Y lo que veremos. Gracias, Toro.
EliminarUn abrazo
Lo peor de todos esos acontecimientos en que no solo la naturaleza sufre, también las personas que pierden sus hogares y vidas muchas veces.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Los koalas nos dejaron la cara exacta de esos fuegos cada vez más comunes. Una pena
EliminarUn abrazo, Dulce
No sé qué debe sentirse en momentos así, pues no me he visto y espero no verme en la tesitura, pero la impotencia que se siente cuando lo que alrededor se quema, te juro que es desgarradora.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Es un desastre, necesitamos repoblar planta y más plantas, y dejar de echar al aire tanta basura, y a los mares.
EliminarUn abrazo y feliz noche
Tremenda la angustia que desprende el relato... ¡tan real! Qué tristeza...
ResponderEliminarAbrazos.
Cada vez más real. Nos perdemos en cosa que creemos lejana, pero en realidad el cambio climático es un hecho.
EliminarUn abrazo y feliz noche
Tremendo texto.
ResponderEliminarAún colea en mi mente el último incendio en mi isla, donde se quemó una superficie casi como la de la ciudad de Barcelona, donde tuvieron que traer hidroaviones de la península,y que yo vi durante cuatro días pasar cada 15 minutos a recargar agua en el mar.
Tremendo, y lamentablemente cada vez más frecuente. Es estremecedor presenciarlo.
Un besazo.
Seguro es un recuerdo espeluznante. Las imágenes de Amazonas hace unos meses y hasta hace poco de Australia, no se si sirvieron para mentalizarnos del cambio climático, pero creo que sí.
EliminarUn abrazo, Luna
Es una angustia horrible ver que todo alrededor se quema y te ves impotente , ves como las llamas alcanzan lugares que tardarán años en volver a estar verdes ..
ResponderEliminarSin duda has hecho un texto donde tendremos que tenerlo en cuenta y ver las consecuencias que esto traerá en un futuro no muy lejano..
Abrazos y feliz semana.
Pues lo veremos, en España la deforestación ha dejado zonas casi desérticas. Y sin masa forestal lo tenemos fatal.
EliminarUn abrazo y porque reaccionemos.
Que el hombre sea el culpable de la mayoría de los incendios es algo que no puedo entender.
ResponderEliminarComo podemos destruir tanta belleza...
En fin, me alegro que tu árbol se salvara, no todo fue tan malo...
Besos.
Bueno, porque tras el fuego vienen o los pastos, o el negocio de la calificación del terreno (En Galicia es un clásico). Pirómanos ha habido toda la vida, pero cada día más son provocados por intereses económicos, o como ahora, por el clima.
EliminarUn abrazo y feliz día
Tremendo. Escalofriante. Si no cambiamos veremos lo de Australia más cerca.
ResponderEliminarTodos estamos en peligro.
Abrazos
No somos conscientes de que o actuamos pronto, y habla de los gobiernos, o la situación será irreversible.
EliminarUn abrazo y día bonito
Los incendios forestales son un recuerdo de infancia (bueno, ojalá sólo fueran un recuerdo). Pero sí tengo grabada la imagen de todos en el pueblo organizándose para que ese fuego que se apoderaba de la sierra no llegara a las casas. Me cuesta entender que tras haber pasado tantos años no sólo no haya mejorado, sino que cada año es peor. No damos tiempo a la Tierra a regenerarse y lo acabaremos pagando caro.
ResponderEliminarPienso en las personas, animales y hectáreas de bosques que no han podido escapar a las llamas y me estremezco.
Un abrazo grande
Cada vez es peor, eso es seguro. En California el fuego dejó sin hogar a mucha gente, ni te hablo del desastre para la vegetación y la fauna. Los pirómanos ahora son pocos.
EliminarUn abrazo y porque sepamos revertir la situación, pero el cambio climático ya está aquí. Por mucho que dijera un primo de Aznar, o de Rajoy, que no recuerdo, que no. Un abrazo
Un relato hermoso de la vida real, incendios ahora en Australia, las imágenes que veo de ella me hacen llorar, incendios por el mundo, y los que faltan...... Saludos amiga.
ResponderEliminarLos que faltan. Y la inundaciones que veremos, porque veíamos esas cosas lejanas pero cada vez está todo más a la vuelta de la esquina.
EliminarUn abrazo grande
Conclusión por mi parte: tal vez deberíamos pensar TODOS en salvar la colectividad de pinos, en ver la manera, en enfrentarnos al negacionismo de los idiotas y en procurar racionalidad en los recursos ambientales.
ResponderEliminarEse todos, es todos, cada uno a su nivel de acción. Los ciudadanos estamos mentalizados de reciclar, cada día más de volar menos etc, pero mientras los intereses del as petroleras sean, junto a los gobiernos, quienes sacan rendimiento de envenenar la atmósfera, vamos mal.
EliminarUn abrazo
Emotivo relato.
ResponderEliminarPoco a poco estamos destruyendo el planeta.
Besos.
En las últimas décadas hemos destrozado muchísimo. Lo malo es que no tenemos plan B.
EliminarUn abrazo
Alegría por tu árbol que se salvó Albada, que gran impotencia la de estos días con los incendios de Australia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese árbol se salvó, ficción, pero el resto de la montaña se quedó destrozada, devastada.
EliminarUn abrazo
Esto es solo el comienzo, horrible, ver a los animales correr sin saber dónde ir, horrible. Y cuanta impotencia sentimos al ver que no podemos ayudar.
ResponderEliminarFeliz noche amiga.
Un abrazo
Ha siso un año tremendo, y empezamos este año con unas nevadas en Canadá que no son normales.
EliminarUn abrazo y feliz martes
Qué bien lo has descrito,amiguca!!Parecía como estar viviéndolo de verdad!!Me ha gustado la forma que le has dado,casi o muy real
ResponderEliminarEstamos pasando por un momento que si antes era futuro,ahora ya es presente y es que la Tierra está dolida,dañada..LLora y nosotros,qué hacemos?
Debemos pensar con buen criterio que esto no es una fantasía .Que está ocurriendo y se nos olvida cuanto más si está lejos.
Te felicito por el relato y tu solidaridad
Besucos
Gó
de poco a poco
Ya es presente. Estos días se baten récords de altura de olas en la costa española mediterránea. Ese presente que creíamos futuro lejano.
EliminarPorque tengamos claro que no hay plan B, que o colaboramos todos, o no hay planeta habitable dignamente para nuestros nietos, Un abrazo
La visión de un campo o bosque asolado por las llaman nos llena de congoja e impotencia. El fuego se lo traga todo, no entiende de vida y muerte, de naturaleza y de cambio climático. Todo se lo lleva por delante. Somos nosotros quienes sí entendemos el valor de las cosas y de las vidas que peligran, y quienes debemos poner coto a tanta desgracia que, posiblemente, se habría podido evitar.
ResponderEliminarEn tu historia hay, afortunadamente, un final feliz. Así me quedo más tranquilo, je,je.
Un abrazo.
El fuego se lo traga todo, y el mar, embravecido, como ahora vivimos en Catalunya. No sé si hay vuelta atrás, pero quiero pensar que sí. Si tenemos la tecnología para ir a Marte, mucho será que no la tengamos para reciclar nuestras basuras.
EliminarUn barazo
Que situación tan asfixiante. Lo vemos todo muy lejano hasta que nos toca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo es lejano. El accidente de tráfico, los monzones, los incendio...hast que nos toca de cerca. Pero hemos de ayudar al planeta a revertir la situación.
EliminarUn abrazo
Es triste ver como el fuego lo destroza todo y como escapan los animales sin saber bien a donde, es como estar sujetos de pies y manos sin poder hacer nada para ayudarles.
ResponderEliminarTerrible lo que está sucediendo y tu historia por lo menos tiene un final feliz.
Un abrazo Albada.
Puri
Los animales no entienden, su instinto les ayuda, pero llega un punto en que perecen, presa de las llamas. Los Koalas nos dejaron la retin a llena de imágenes espeluznantes
EliminarUn abrazo
Estremecedor relato muy bien narrado. Te iba leyendo y me llenaba de angustia, impotencia y asfixia.
ResponderEliminarBesos, Albada
Pues he conseguido que nos pongamos en la piel, que era la intención. :-)
EliminarUn abrazo, Myriam