Di un TRASPIÉS, tampoco fue un
gran accidente. Cuando vi a la enfermera con la JERINGA preparada, me sentí
como un niño nuevamente. Tenía terror a las agujas. Siempre recordaba al MAMARRACHO
que tuvo que sacarme sangre y no encontraba la vena. Tenía seis años entonces.
Suerte que llegó al consultorio un sacerdote, armado con un PARAGUAS y remangándose su SOTANA, amenazando con
sacarme de allí a la fuerza.
Mi madre, tras escuchar mis
berridos desde la sala de espera, decidió que, de momento, no me hicieran el
análisis. Luego la vida ya me enseñó a comer como un celíaco.
Palabras: 100
Estupendo como has colocado las palabras. felicidades y abrazos
ResponderEliminarCayeron así, con poquita imaginación :-). Un abrazo
EliminarQue bien lo has contado. Esto me recuerda hace unos años, que un auxiliar me puso una inyección en el trasero, y vi la estrellas, mira que me pusieron inyecciones y nunca me habían hecho ese daño tan exagerado. Desde entonces le eche las cruces al mala sombra ese, que yo creo me tenía manía, ajjajaja
ResponderEliminarBueno eso es lo que pienso yo, o que era un mal profesional y bruto.
Feliz martes Albada. Un beso
Era fácil imagianr pavor als agujas, por alguna expreincia nefasta :-)
EliminarHay mamarrachos en todo, eso es verdad :-).. Un abrazo
Bien esas palabras solidarias puestas en su lugar dejándonos bien claro que ese mamarracho le hizo pupita al niño ajja. Muy bueno. Besos.
ResponderEliminarMuy cafres. Hay quien rebusca, y no lo entiendo, no lo entendí nunca :-)
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Sábio texto. Bonita e salutar participação.
ResponderEliminar.
Cumprimentos cordiais
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Podía haber sido totalmente cierto . Un abrazo
EliminarTe saliste con bien del desafío de las cinco palabras.
ResponderEliminarFue un traspiés generoso.
Un beso Albada.
Un buesn traspiés. Casi me quedo sin palabras, pero me cupo un final :-)
EliminarUn beso
Que bien hilado, y me haces pensar... a mí, no me libraba nadie de los pinchazos, que llantinas.
ResponderEliminarUn beso.
Pues a buscar sacerdotes que se arremanguen :-)
EliminarUn abrazo
Un micro con mucha genialidad, Albada. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos que te lleguen y feliz martes ♥
Gracias. Un divertimento y poquito más :-)
EliminarUn abrazo
Jaja. Es que jay enfermeras de las que no puede uno fiarse. Mejor los transtornos intestinales😜
ResponderEliminarBesosss amiga
jajaja, bueno, depende ¿eh?.. ;.). Un abrazo, amigo
EliminarTodo perfectamente hilado. Muy bien, Albada. Y te aseguro que de mí puedes fiarte.
ResponderEliminarUn beso.
Estoy segura, la mayoría de enfermeras o enfermeros son excelentess profesionales.
EliminarUn abrazo
Nunca he temido a las agujas y por el Covid ya llevo tres, terminaré como colador :)
ResponderEliminarUn beso dulce.
jajaja, somos muchos ya con tantas vacunas, jolines.
EliminarUn abrazo
Pues me gusta y encaja perfectamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Podía ser posible :-)
EliminarGracias. Un abrazo
¡Qué maestría tienes con las palabras!!
ResponderEliminarBesos
No te creas. Es ponerse :-). Un abrazo
EliminarQuè bien narrada la experiencia de horror a las agujas... Cómo duele cuando te pinchan mal o en el lugar equivocado.
ResponderEliminarUn beso grande
Felicidades
jajaja, pues sí, hay quien tiene pavor :-). Un abrazo
Eliminarjajajaj, esta semana no ha quedado otra que tomarselo con humor. Saludos
ResponderEliminarPues era una opción
EliminarUn abrazo