Como cada martes,
con sus minutos de anhelos
y sus trampas en mi corazón.
De nuevo no supe, no pude.
Mi pregunta se escondió
tras mi despedida de oferta,
tras mi temor al vértigo.
Y nunca te pedí amarme.
Hoy, en edad de mirar atrás
me pregunto cada día,
cuando suenan las campanas,
si dejé pasar un tren.
Ese que tal vez llevaba
al andén de los suspiros
y los abrazos de fuego
que dieron en llamar amor.
Para escribir sobre el mismo tema que proponía Marcos.
Maripau González. La Pineda 20 diciembre 2022
Quizá perdimos horas de dulces suspiros entre aquellos trenes a los que no subimos; o quizá fue lo que nos permitió llegar al amor prometido…
ResponderEliminarBello e inspirador, querida amiga.
Abrazo grande, y muy feliz semana 💙
Los trenes a los que no subimos, seguramente no eran para nosotros, pero alguno tal vez sí.
EliminarUn abrazo, Ginebra
Lo que no se hizo en su momento, no puede condicionarte en el futuro.
ResponderEliminarUn beso.
Agua pasada no mueve molino, es cierto.
EliminarUn beso
Elogiável talento e criatividade poética.
ResponderEliminar.
Boa semana … saudações cordiais.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Gracias. Un abrazo, y feliz martes
EliminarFuà...cabells, sospirs i abraçades en el mateix poema? Tocada i enfonsada...
ResponderEliminartodo cabe en la nostalgia, y casi nada en los olvidos.
EliminarUn abrazo
Es inevitable no dejar pasar trenes en la vida, algunos luego los lamentamos.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce semana.
Pero hay mil peces en el mar, pescamos uno, todos es imposible. Lo que pasa es que veces no era el idóneo, y se recuerda un algo que no fue.
EliminarUn abrazo, Dulce
Me resulta muy familiar, es muy de humanos, lo que se nos escapa de las manos, del corazón, es asunto perdido. Pero hay que seguir sin darle más vueltas. Feliz semana Albada. Un beso
ResponderEliminarClaro, recordar en la vejez es bonito, pero como pasado que fue, porque si no, cada decisión pudo haberse cambiado...y pensar así seria una locura.
EliminarUn abrazo, Carmen
Volver la mirada atrás, cuando s piensa que uno de esos amores pudo ser. Buena factura poética memorial. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarPero es tarde, y todo el mundo, hasta quien lo hace, lo sabe.
EliminarUn abrazo, Carlos Augusto
Era una hora demasiado taurina para hablar de amores. El que sea se lo perdió. Mejor mirar hacia adelante. No te veo yo a ti «sentada en un banco del andén», ni «con los ojos llenitos de ayer».
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo pensé al elegir la hora, porque la suerte de un toro es a esa hora, suerte o muerte, vaya.
EliminarNo, yo de Penélopo no sirve, la verdad. Un abrazo
Hora poética...
ResponderEliminarUn abrazo.
Sobre todo taurina o de té, pero lo elegí asi.
EliminarUn abrazo
Hermoso versos. En la hora de mirar atrás surgen preguntas sobre cómo habría sido si...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho ❤👏🏼
Preguntas que ya no tiene cabida, eso no llegó, esa persona es pasado, pero hay quien se apega a ese qué hubiera pasado si...
EliminarUn abrazo fuerte
No nos podemos subir a todos los trenes con el tiempo dudamos si dejamos pasar alguno importante pero que se quede en un poema no en un remordimiento. Abrazucos
ResponderEliminarExacto. Ese poema salió siguiendo una historia que explicaba un poema de un poeta amigo. La idea, que me pareció buena. Las musas al leerlo me dictaron muy diferentes versos. El poeta es Marcos Hidalgo
EliminarUn abrazo
Al final lo acabas de hacer en el poema, eso es lo importante, pero bueno, a las 17 de la tarde, aquel día el toro no quiso mancharse de sangre. Un abrazo.
ResponderEliminarEso mismo, la hora de la tauromaquia, que por cierto odio.
EliminarMuchas gracias por tu lectura. No es autobiográfico, yo no vivo ni sufro por el pasado. Soy muy pragmática. Un abrazo
Hay que tomar todos los trenes que se nos apetezca tomar, para luego no arrepentirse de haberlo dejado pasar.
ResponderEliminarLos hay que no se pueden tomar, por la situación propia. Y hay que saber que no. Aquí un amigo hizo un poema a ese tren que dejó partir y que ahora, con sesenta años aún lleva mucha melancolía de lo que no fue.
EliminarUn abrazo
Siempre declaré que prefiero arrepentirme de lo hecho que de lo que no me atreví a hacer. Y aún así la pregunta de si dejé pasar el tren puede aplicarse a muchos momentos de mi pasado. Mejor no pensarlo, salvo que sea para obtener ánimos para atreverme a algo nuevo
ResponderEliminarBesos
Pero es que cada decisión por nimia que sea, va marcando el futuro al que llegarás. No podemos cuestionarlo. En ese momento decidimos que sí...tal cosa, y seguro que razones había. Fuimos sabios, que nos equivocáramos no quita de que en su momento tomáramos esa decisión, y no otra. Yo no estoy para nada a favor de vivir de lo que pudo ser.
EliminarUn abrazo fuerte
Por eso hay que hacer como decía el gran Gabi... di que sí, aunque te mueras de miedo... Muy bonito poema, Albada.
ResponderEliminarMil besitos y feliz día ♥
Eso lo he hecho, apostando mal. Pero sí la opción dí sí, aunque te mueras de miedo es subirse a un tren ....que puede ser el tren de la bruja.
EliminarUn abrazo
Tenemos que estar en el andén atento de todo tren, y coger el que nos lleve donde queramos ir.Belloz poema Albada. Un beso
ResponderEliminarTal vez hay más de un tren para nuestro destino, pero lo que es seguro es que vivir con ese peso de qué habría pasado si...es absurdo, no sirve.
EliminarUn abrazo
Dónde fueron los trenes que un día dejamos escapar...
ResponderEliminarAy, si pudiera volver atrás...
Besos.
Volverías a tomar los mismos trenes y dejarías pasar los mismos, que entonces porque por algo se hizo. Las razones detrás de cada elección sólo se saben en cada momento.
EliminarUn beso
Hermoso poema Albada, ese tren que dejamos ir vaya uno a saber a dónde fue a parar, aunque a veces es mejor no saberlo y continuar nuestro camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
no hay que perder ni un minuto en tener la sospecha de que se tomaron decisiones equivocadas. Se tomaron por algo- El pasado no mueve molino, y menos aun lo que no pudo ser o simplemente no fue. Hoy, sólo existe el hoy, con los recuerdos, claro.
EliminarUn abrazo
Nuestra vida está condicionada por los trenes que se toman o se dejan pasar...
ResponderEliminarpero nunca sabremos ni conoceremos otra historia que la vivida...
Precioso poema, me dejó pensativa...
Feliz noche, abrazo
esa es l gracia. Las razones que nos hicieron optar en cada ramal de la vía. Eso nos has traído al presente, qué mas dá lo que no elegimos, no?
EliminarUn abrazo, Milena
Tras unos trenes llegan otros siempre. Lo importante es permanecer viajeros de la vida. Si no hay estación habrá apeadero. Siempre nos persigue el deseo de lo que no tuvimos, pero ¿alguien podría asegurarnos que hubiera sido mejor de otra manera?
ResponderEliminarHola Maripau. No veo claro espero que en cuanto me operen de cataratas podré comentar con mas facilidad pero ahora solo paso para saludarte iy agradecer tus visitas . un abrazo de todo corazón
ResponderEliminarNo es obligatorio coger todo los trenes, ni necesario pasar por todos los vagones. No obstante hay que ser conscientes de la realidad del tiempo. No perdona y máximo si la hora es la elegida como si fuera del té o como dicen muchos, taurina.
ResponderEliminarEstupendas letras que nos sirven como trayecto en la vida y anhelar lo que a veces no tuvimos. Abrazos y feliz semana, Albada.
En este caso eran las campanas que marcaban la hora, en otros es un olor o una canción y se nos despierta el recuerdo de si habremos tomado la decisión correcta. Malditos trenes perdidos, se pierdan o no a propósito. :(
ResponderEliminarUn abrazo.