Imagen del blog, "De amores y relaciones" |
Siguiendo la propuesta de Myriam, en su blog De amores y relaciones esta es mi aportación. Que es una continuación de otro relato de jueves, Aventura imposible.
Llegó Julio. Se reabrieron las
fronteras, los aeropuertos dejaron ver pequeñas y tímidas colas para abordar
los aviones, aunque todavía en cantidades ridículas. Decidí que no quería aplazar más
mi viaje. Por suerte. me concedieron un aplazamiento del circuito contratado en
enero, y que pude soñar por anticipado y allí me fui. Empezaba la temporada de lluvias, que dura unos seis meses, y que
en parte condicionó algunas excursiones, pero, sobre todo, una sensación de sofoco en
las tardes, y la humedad reinante, con sus mosquitos.
El paisaje soñado era exacto al que viví, salvo que el guía no se llamaba Rafel, sino Lope Otón Solís y tenía seis primaveras menos que yo. No hubo feeling desde
Tortuguero, sino desde la primera noche, en San José. Tal vez es que las
parejas iban a lo suyo, y las familias, que hay que ver cuántos papás quieren
que sus hijos vivan todo, todo y todo hay por este mundo de Dios, pues ahí andaban,
con sus tablets, buscando información de flora y fauna para sus retoños. Estábamos como dos náufragos, solos en la isla perdida.
En verdad era la única integrante del grupo de españoles que viajaba sola, y sus
ojitos, tras dos Margaritas que me sentaron fenomenal, me resultaron tan
atractivos como su labia. Había cursado Turismo, en la Universidad Central de
San José, y estaba versado en la historia española y
sus monumentos. No es que fuera lanzado, es que yo había aplacado mis temores y
mis manías sobre mi físico y la cruel ley de la gravedad.
Sí, me dije, ahora que ya
estoy en edad de merecer un descanso de complicadas complicaciones, de bajarme del romanticismo de ese matrimonio sin chispa, por qué no dejarme
querer. Y vaya si sabía querer. En mi opinión, tenía cuerda para rato. De día ambos estábamos muy formales. Pero de noche, se presentaba en mi
cuarto con detallitos y risas. Tontunas, nimiedades, como algunas flores que no había visto ni volveré a
ver, o un bombón de maracuyá, cositas sin más, pero siempre pertrechado con esa sonrisa pícara bajo sus ojos
de color miel diluida, que, con su cabello marrón, conformaban un conjunto
llamativo. No es guapo, pero con un no sé qué que me gustó.
He regresado más delgada, tal
vez un quilito de menos, sin alharacas de báscula, pero con una piel luminosa.
Y tersa. Duermo muy bien. Chateamos cada noche de aquí, tarde de allá. Le he invitado
a que venga en otoño. Quiero mostrarle la Sagrada Familia y el museo del Prado, que adora. Lo que
no sé es cómo le explicaré a mi marido que estaré unos días en Barcelona y
otros en Madrid. Suerte que, igualmente, no se animaría a viajar.
Más relatos en jueves
No se como explicará sus futuros viajes, de igual manera creo que hacer turismo le ayuda a de dormir muy bien!!
ResponderEliminarLinda aventura en ese viaje que se propuso sin proponerse mas que disfrutar.
Un abrazo :)
Cada viaje es un camino que recorres, a veces pequeño, a veces poco importante, pero siempre te llevas una mirada diferente, un paisaje que no es tuyo.
EliminarUn abrazo y feliz día
Hola Albada.. Sin duda viajar es abrir nuevos horizontes, nuevas aventuras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, siempre te enseña algo, te aporta un algo.
EliminarUn abrazo, Llorenç
Has iniciado un camino que quizás no tenga retorno jeje...que lo disfrutes!
ResponderEliminar=)
jaja, la narradora me parece que tiene muy diferenciado lo de viajar de lo que tiene en casa :-)
EliminarUn abrazo y por un jueves bonito para ti.
El amor es la mejor de las medicinas, eso está claro, pero cuidado con las contraindicaciones :)
ResponderEliminarUn beso dulce.
De acuerdo por completo. Jugar a dos bandas puede ser muy peligroso.
EliminarUn abrazo, Dulce
Una maravillosa aventura la de viajar, y más si es a las ciudades de Madrid y Barcelona que son preciosas y mucho por ver.
ResponderEliminarBesos enormes.
Sí, en España tenemos tantas ciudades, rincones, y paisajes maravillosos que viajar fuera puede ser necedad.
EliminarUn abrazote, María.
Que aventura más bonita, creo que se necesita ese juego en la vida es la chispa que nos mantiene con ilusión y la piel no veas que bien se nos pone jajajaj. Me ha encantado Un abrazo .
ResponderEliminarLa ilusión nos embellece, estoy segura, y qué mejor ilusión que un romance sin consecuencias, ¿no?
EliminarUn abrazo y por un feliz jueves
MARAVILLOSO! Me dejas con una sonrisa en la boca,y esa complicidad con la protagonista del relato.
ResponderEliminarPrecioso! Pura vitamina para la piel!
Besos.
Seguro que la narradora regresa estupenda, porque el amor embellece siempre :-)
EliminarUn abrazo, Luna
Otro de tus maravillosos relatos, no importa el tema siempre son geniales. Abrazos
ResponderEliminarPues muchas gracias, Ester, disfruto, y se nota :-)
EliminarUn abrazo grande.
Jajajaja me ha encantado el tono jocoso del que has imprimido el relato que, además de hacer disfrutar a tu protagonista con esos viajes, podría llamarse "Crónica de un divorcio anunciado". O habrá que mudar casa para qie la cornamenta le quepa al marido por pasivo y por pasiva y activa, ya que estamos. Todo un honor que hayas enganchado mi convocatoria a la anterior de MAG, dicho sea de paso. Y muchísimas gracias por haberte sumado a mi convocatoria. Beso grande.
ResponderEliminarEstá por ver. Imaginé una relación matrimonial consolidada y cierta libertad para que ella viaje, siendo que a él no le gusta, pero al ser ficción, quién sabe :-). Creo que los romances siempre son signo de que el matrimonio bien del todo no va.
EliminarGracias a vosotras, por proponer temas tan bonitos. Un abrazo
Grágeas de ilusión... es lo que tiene cuando se piensa que se vivió todo o demasiado. Escapadas... son como partidas de ajedrez. Me encantó, Albada, es un placer siempre leerte.
ResponderEliminarMil besitos y feliz noche ♥
Son grageas, comprimidos de ilusiones, sí señora. Si en este caso conllevaba una aventura erótica, pues mira, miel sobre hojuelas :-)
EliminarUn abrazo, y muchas gracias.
hace muchos años, me hice amigo de una señora que participaba en un foro de música. yo tenía 30 años y ella 44, la veía casi como a una segunda madre. dejó de chatear conmigo, sospecho que por celos (infundados) de su marido.
ResponderEliminarlo mejor es estar soltero/a, me parece a mí...
abrazos!
Bueno, mi narradora creo que solo disfruta de algo no buscado, pero algo de desapego ha tener, me imagino.
EliminarLa convivencia quema, por eso cada vez hay más parejas que viven cada uno en su casa. :-) Un abrazo
Bien podría ser real esta historia... esos viajes a Madrid y Barcelona se pueden alargar (tiene mucho para ver)
ResponderEliminarAbrazos
Quién sabe, en octubre, si llega Lope, tal vez haya de tomar alguna decisión que afecte a su matrimonio. :-)
EliminarUn abrazo y feliz día
Primera parte un sueño dentro de la ficción.
ResponderEliminarSegunda parte una realidad dentro de la ficción.
Cuando venga a Barcelona vas a tener que sacar al personaje fuera de la ficción. Lo esperamos con entusiasmo.
Me encanta el sutil tono eroticofesrivo.
Felicitaciones y abrazos
Pues lo expresa perfectamente, realidad y ficción, a la narradora se le confunde, pero sí que en Barcelona tendría que ponerse ante el espejo de las decisiones.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
Sonrio
ResponderEliminarla vida es buena
Y bella, no lo dudes.
EliminarUn abrazo
Albada, solo puedo decirte que se parece a un sueño que tuve hace muchos años..... Saludos amiga, me encanto leerte y recordar....
ResponderEliminarHay sueños muy bonitos, tanto que casi sabe mal despertar.
EliminarUn abrazo, Sandra
Como terapia este maravilloso camino, debería estar señalado y no soñado. Pero como sabemos para gustos...
ResponderEliminarEn resumen, una crónica muy bien hilada (como cada trabajo que realizas) y que da pie a vivirlo de verdad en su esencia, sin necesidad de pensar tanto...
Abrazos y feliz jueves, Albada. Eres una genia!!!
Las terapias tienen múltiples caminos y vertientes, sin dudarlo. Todas, si funcionan, son válidas :-)
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarBravo
El sentido común solo es una serie de prejuicios adquiridos antes de los 18 años.
Un placer leerte
Ay las trabas, que nos incrustan en la adolescencia, qué daño hacen. Es cierto.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Una cana al aire para recuperarse del confinamiento, con toda la pinta de convertirse en un largo un tratamiento.
ResponderEliminarUn abrazo.
las canas al aire pudieran ser terapéuticas, pero por supuesto, partiríamos de la base de que algo falla en la pareja. Tal vez soy muy clásica pero opino así, de momento :-)
EliminarUn abrazo y feliz tarde, sin experimentos :-)
El marido es un privilegiado... debería gracias porque alguien se haga cargo de esa elementa, jajajajajaa
ResponderEliminarBueno, no la imaginé mala persona, sino casada con alguien que odia viajar cuando a ella le encanta, no creas. Tal vez él ama la ópera y ella nunca le acompaña, quién sabe. :-)
EliminarUn beso
Viajar te da mucho mundo y cultura y de vez en cuando alguna que otra sorpresa. He viajado tanto que ya me da pereza.
ResponderEliminarTu relato me encantó como siempre. En otoño ya se le ocurrirá algo a la protagonista, al fin y al cabo es mujer.
Buena tarde.
Viajar abre la mente, si bien es cansado y puede ser caro. Si el otoño confirm al allegada del tipo, ya sabrá ella qué hacer :-)
EliminarUn abrazo y feliz viernes
¿Y un "spin off" sobre el marido, Albada? Porque igual él, mientras ella viaja, tiene sus propias ocupaciones y sus propios tratamientos para piel brillante... :D
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que cuando hay avenencia, es bueno que cada quien cultive su hobby. Por supuesto, estaría por ver cómo, en esos hobby, pone ciertos límites, que deberían ser innatos. Pero imaginé que él es muy aficionado a la filatelia, y los sellos pueden depararle aventuras estupendas también.
EliminarUn abrazo
Jajaj vaya!.. ¡Pero qué final! jaja no me lo esperaba, siempre es un gusto leerte
ResponderEliminarte mando un abrazo grande
Viajar solo no implica vivir solo, y aquí queda patente :-)
EliminarUn abrazo, Susy, y gracias.
Es lo que pasa cuando un alma viajera se une a alguien sin chispa, comprendo a tu protagonista y a sus curas para tener una piel luminosa. Besos.
ResponderEliminarTratamientos de belleza, que creo que no deben tomarse, pero quién sabe, igual son la base para que el matrimonio llegue a las bodas de oro :-)
EliminarUn abrazo
Los cambios sutiles no siempre pasan inadvertidos, no vaya a ser que al final se decida acompañarte.
ResponderEliminarBuen relato, un beso
Igual él la compaña en otro futuro viaje, pudiera ser. Al ser ficción, todo es posible.
EliminarUn abrazo
Experiencias como esta valen la pena disfrutarlas. Total, la vida solo son dos días y uno ya está a punto de terminar, ja,ja,ja.
ResponderEliminarCierto o inventado (mejor que sea cierto), lo has narrado de fábula.
Un abrazo.
Es cierto, es que son dos días. Por supuesto es ficción, pero reconozco que estar con una pareja que no disfrute viajando, o viendo museos, para mí sería un problema.
EliminarUn abrazo y vamos a por un viernes estupendo.
Un abarazo
Bonito relato de jueves.
ResponderEliminarTe mando un saludo de viernes.
Me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo, Manuel, feliz finde
Dejarse querer adelgaza, estoy segura.
ResponderEliminarCreo que empezaré la dieta el lunes, jaja
Bonito y pícaro relato. Al marido sólo tiene que invitarlo a un viaje a Barcelona y Madrid con un plan muy aburrido. Es probable que él tenga también la costumbre de dejarse querer durante los viajes de su mujer. Y dirá que adelgazó porque comió peor...
;))
Un abrazo grande
Dejarse querer adelgaza, ya lo creo. Es una forma barata y afectiva, amén de efectiva, de perder peso y ganar besos :-)
EliminarEl marido seguramente aprovecha que ella viaja para ser feliz,a su manera, que puede ser del mismo tipo u otra :-). Un abrazo
¡Y qué sino es rico viajar y olvidarse de los problemas! Pues que lo disfrute, me quedé intrigada, pasaré más seguido por acá. Saludos!!
ResponderEliminarBueno ella disfruta, viaja, que es lo que le gusta, y si no hace daño a nadie, que disfrute, ya lo creo .
EliminarPues suelen ser textos pequeños, a los que raramente les doy continuidad. Pásate y vas mirando :-). Un abrazo
No hay nada como tener un buen guía para moverse por territorios ajenos, en los que además la compañia familiar no deja de ser un engorro que obstaculiza el pleno disfrute de lo desconocido.
ResponderEliminarUn beso.
Los niños son muy bonitos Alfred, pero son muy pesados, la verdad. Un guía nos ayuda pero mucho y mucho, no hace falte que sea especial, sólo un buen guía turístico :-)
EliminarUn beso
Enhorabuena por atreverte a disfrutar, a romper esquemas y moldes acacharrados. Quién pudiera... Un beso muy fuerte
ResponderEliminarYo no lo hago, mi narradora sí, y que quede claro que no juzgo, ella pretende disfrutar sin hacer daño, y me parece muy bien, tal vez su marido sea una bellísima persona, pero odia viajar.
EliminarUn abrazote, Dorotea.
Muy picantón diluido con unas gotitas de comedia jeje. Vijes, una sabe a dónde va, pero no lo que puede traer............
ResponderEliminarUn saludo
Bueno, al viajar uno conoce otros lugares y gentes. Es una acicate, pero lo que luego pase, es otra historia :-)
EliminarUn abrazo
Cuando los intereses no concuerdan en la pareja.... ¡Malo! Y en lo de los viajes... ¡Peor!
ResponderEliminarMe hubiera gustado seguir leyendo...
Se ven discusiones de órdago a cuenta de viajar, ya lo creo.
EliminarUn abrazo y feliz día
jajajajajajaja, bueno, habrá alguna manera sin duda..... jajajajjaa
ResponderEliminarPaz
Isaac
Sí la mujer encontrará la manera, seguro :-)
EliminarUn abrazo. Siempre paz, Isaac
A disfrutar, claro que sí!
ResponderEliminarUn relato muy optimista y con mucho gracejo.
"en edad de merecer un descanso" :D Qué bueno.
Un abrazo y que disfrutes del finde.
Esa edad, en la de merecer menos bobadas, me identifico totalmente :-)
EliminarPor un finde genial para ti. Un abrazo grande.
Muy buen final para esta histria de amor. Seguro que averiguará la manera de hacerlo. Besitos
ResponderEliminarSeguro, cuando una mujer se empeña en algo, encuentra la manera.
EliminarUn abrazo, María José.
Bien aprovechado ese viaje, con esa relación intensa.
ResponderEliminarUn abrazo-
Hay eternidades que duran poquito, pero de manera intensa :-)
EliminarUn abrazo y feliz semana
Dicen que viajar, y lo creo, abre la mente y nos hace ver la vida de otra manera. Sin duda alguna, aquí se cumple al 100%, y bueno, si no fue hasta Costa Rica, ¿para qué va a querer ir a Barcelona o a Madrid? nada, bombones de cocido madrileño o chupitos de crema catalana :-9)
ResponderEliminarUn besote :-)
Eso, bombones de cocido madrileño, para recordar Madrid si se viaja a Costa Rica :-)
EliminarUn abrazo, y por una semana bonita para ti