Translate

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Historia de un pasado, en jueves

 


Siguiendo la propuesta de Neogeminis, Mónica, sobre historias olvidadas y reencontradas, mi aportación es la que sigue, y es biográfica, porque, aunque suelo huir de mi historia, no es tan interesante, aquí me pareció oportuna e inofensiva, casi inocente.

Con un traslado apareció la foto de mi primera comunión. Se hacía con siete años, y me había tomado en serio todo lo que me decían en Catequesis, si bien, como iba a un colegio de monjas, con sus Meses a María, rosarios y  el largo etc de usos y costumbres del cristianismo, me era familiar todo.  Mis dos preocupaciones eran, por un lado, no masticar la sagrada forma y la segunda que los zapatos, nuevos, aguantasen bien para el Corpus Cristi, cuando se desfilaba por el centro de la ciudad y debíamos estar niqueladas y radiantes

Lo de evitar masticar fue una angustia vital que duró días, y lo del calzado era porque, junto con el velo, lo estrenaba. Mis hermanas mayores habían hecho la comunión con el mismo equipo que yo, salvo esas dos prendas.   La tarde previa me llevaron a hacerme la foto que encontré, con el flequillo colocado y mirando un poco de lado.

El día señalado miraba la hora a menudo, por eso del ayuno obligatorio previo. No sé cómo pasó, pero un hermano pequeño me dio un trozo de su galleta, y justo en ese momento, se me olvidó el ayuno, y me lo comí. No sabía ni debía confesarme antes de comulgar, nuevamente, si decirle a mi madre, o qué demonios hacer. 

No hice nada. Vestida, llegamos a la catedral, donde con las compañeras del colegio entramos en fila. Habíamos ensayado días antes. La misa estuvo larga y pesada y comprendí que comulgaría sin digerir nada de nada. Me arrodillé cuando me tocó, y temí que la sagrada forma cayera al suelo, porque tenía la boca seca. Por supuesto se me enganchó en el paladar. Rezaba mientras intentaba tragar eso, sin meterme un dedo, para ayudarme. Resumiendo, que acabé tragando una masa fofa que por suerte no mastiqué. Porque habría sido un pecado.

Los zapatos resistieron. Mis miedos persistieron por unos años, y esa foto me recordó que la infancia, mi paraíso perdido, tenía también sus sombras. Al menos en mi caso, por la inoculación de miedos absurdos. Pero cómo los vencí, es otra historia

Palabras:350


Más relatos jueveros

92 comentarios:

  1. Precioso relato. Me gustó mucho su tono nostálgico.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un tono que pro supuesto, obedece a esa nostalgia ante una foto de un ayer.

      Un abrazo, y gracias

      Eliminar
  2. Pero qué cara de niña buena y obediente.... aunque no sé yo eh... jajajjaa

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hasta los doce años fui obediente, lo que pasa es que ahí hubo un punto de inflexión y ya...se torció el tema :-)

      Un beso

      Eliminar
  3. Qué bonito Albada, qué ternura... tu expresión en la imagen es pura inocencia. Me encanta de verdad... qué recuerdo más lindo.
    Un besazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un recuerdo agridulce por los miedos, pero gozoso, por la edad, la libertad y la inocencia de esa niñez que quedó atrás.

      Muchas gracias. Un abrazo

      Eliminar
  4. Es curioso, ya que hace unas semanas encontré recordatorios de esa fecha en unos libros tomados al azar en mi biblioteca.
    ¡Bonitos recuerdos!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No encontré recordatorios, pero igual se perdieron en algún traslado. Es curioso cómo alagunas fotos nos llevan ipso facto a las sensaciones que allí anidaban.

      Un abrazo

      Eliminar
  5. Hola Albada.. Realmente los recuerdos de niñez son los mejores, los más nostálgicos, los recuerdos que no se olvidan, son las situaciones de una que nos forma día a día..
    La foto preciosa..
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son la base de lo que que fuimos, y por ello, somos ahora, no es de extrañar que, a no ser que fuera una infancia desgraciada, sea nuestro paraíso por reconquistar.

      Un abrazo, y feliz día

      Eliminar
  6. La imagen es divina de una inocencia absoluta.Una bella y enternecedora historia la que nos has contado . Muchas gracias por compartir ese trocito de tu vida. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He compartido un mes de mi infancia, con ese trago de La comunión como título, porque fue una primavera inolvidable. Me alegro que te gustara.

      Un abrazo, y por un jueves de lujo

      Eliminar
  7. me has hecho recordar los ensayos para la primera comunión que hicimos en el colegio, con todas las instrucciones pertinentes, incluida la de no masticar la forma. tengo buen recuerdo de esos días, además sirvió para saltarnos clases. ^_^
    muy bonito relato. abrazos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jaja, lo de saltarse clase, yo a esa edad no me interesaba, ni recordaba de hecho. Era aplicada, inocente y feliz. Me alegro que te hiciera recordar :-)

      Un abrazo, Chema

      Eliminar
  8. Vas a provocar muchos recuerdos, ninguno olvidamos ese dia, si te sirve de consuelo a esa galleta yo comulgué unos días antes de la fecha, a mi padre casi le da algo cuando se lo dije. Abrazucos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jaja, yo tuve la tentación de ir por mi cuenta, pero sólo unos nanosegundos, era demasiado disciplinada :-). Imagino que recordamos ese día, por los nervios de la novedad y la responsabilidad de hacernos mayores.

      Muchas gracias. Un abrazo, Ester

      Eliminar
  9. Ohhh, pero qué bonita estás y qué de recuerdos acabas de desempolvar junto con los míos. Me ha encantado cómo nos has invitado a tu día.

    Mil besitos con cariño y muy feliz noche ♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Imagino que sería un día similar al mío, con esos miedos y esas expectativas y estrenos. Muchas gracias por tu lectura.

      Un abrazo, y por un jueves estupendo

      Eliminar
  10. Qué linda estabas! preciosa historia de tus miedos inocentes retratados tan bien con esa anécdota que nos compartes! Muchas gracias por sumarte, Albada! un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Era una posibilidad de argumento. No siempre he de salir buscando pistas de pasados que merecen unas palabras :-). Alguna cosilla sí que he vivido. Un gusto sumarme.

      Un abrazo, y gracias por tu dedicación. Un abrazo grande

      Eliminar
  11. QUé precioso relato. Menudo día que te toca pasar.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fue un día intenso, que yo hice con claro-oscuros, pero es que era muy sensible, e inocente.

      Un abrazo, Roxana

      Eliminar
  12. Miedos absurdos que los pobres niños acumulan como si no tuvieran ya otros encima... Qué bien lo has contado.

    Un abrazo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son como bolas de árbol de navidad, se nos cuelgan fobias, miedos, prejuicios...y la faena que es luego quitárselos de encima. Pero la infancia sigue pareciéndome el paraíso que siempre añoro.

      Un abrazo, y feliz día

      Eliminar
  13. Bella nostalgia. Miedos absurdos que yo tambien ya supere hace muchos años. La foto muy linda amiga, y ese vestido precioso que me hace recordar aquel tiempo ... Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son miedos que los adultos no entienden el poder que les otorgamos. Porque no recuerdan casi nunca, la capacidad de absorber de los niños.

      Suerte que es sin querer :-). Un abrazo

      Eliminar
  14. Que bella luces en ese dia, te ha
    quedado un relato de miedos que
    son dificiles de olvidar,en ese
    dia hermoso.

    Besitos dulces

    Siby

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eran miedos vistos desde el hoy, que resultan absurdos, pero eran reales.

      Un abrazo, Siby

      Eliminar
  15. Que relato tan tierno, Albada. Yo veo en esa linda cara toda una mezcla de sensaciones, de ilusión y ansias de vida pero también con el peso de todo aquello que nos hacían cargar sobre nuestras espaldas, sin quererlo ni comerlo, como se dice por ahí.
    Seguro que esos zapatos aguantaron bien.
    Me encantó.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Era mucho más seria de niña que ahora :-). Bueno, me reía mucho también, pero ahí salí seria, es verdad.

      Un abrazo. Muchas gracias

      Eliminar
  16. nos inculcaban tantos miedos y prohibiciones que fue después una odisea normalizar nuestras mentes para tener un equilibrio de juicio sin tanto prejuicio. Pero aquí estamos sonriendo de aquellas tremendas y encopetadas normas de las que ahora nos reímos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se tarda en superar miedos y prejuicios, pero se consigue. Pero, eso, aquí estamos sonriendo, mirando desde lejos.

      Un abrazo, a Rodolfo

      Eliminar
  17. Una imagen que rezume nostalgia, me gustan esas imágenes en blanco y negro, bella niña.
    Un relato muy tierno.
    Feliz día Albada. Un abrazo amiga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son fotos sepia que nos recuerdan quienes fuimos, y en parte nos explican quienes somos.

      Un abrazo, Carmen, por una bonita tarde

      Eliminar
  18. El pasado nos persigue en una mezcolanza de recuerdos que sin darnos cuenta forman parte de nuestros días cotidianos...Nuestro vida interior tiene ese enriquecimiento de contarnos cosas que quizá no sirvan de nada pero que, están ahí.

    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que mientas tengamos la memoria intacta, esas cosillas, fotos, papeles etc, nos explican el cómo ha sido el recorrido hasta llegar a nuestro hoy.

      Un abrazo, amigo

      Eliminar
  19. Ay, ¡cuántas coincidencias!, salvo que yo hice mi primera comunión en la iglesia del colegio y no en la catedral, je,je. Y, por supuesto, por razón de sexo, estudié en un colegio de curas, aunque la catequesis la hacía en la parroquia del barrio. Tanto me gustaba la Historia Sagrada, que siempre sacaba sobresaliente en Religión.
    Como se suele decir, qué tiempos aquellos, en los que casi todo era pecado.
    Me ha encantado leer esta simpática parcela de tu vida infantil.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Era pecado muchas cosas, cuyo significado yo ni sabía. Pero eran los tiempos, esos que nos tocaron vivir.

      Muchas gracias. Un abrazo, y feliz tarde

      Eliminar
  20. Creo mucho más interesante que cuentes esa otra historia. ;)

    Mensaje da carita pones.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jaja, es que hay historias muy interesantes, la mía fue bastante normalita, sin embargo me reconozco en al foto, no creas :-)

      Un beso, Alfred

      Eliminar
  21. Lo de la forma pegada en el paladar y no saber que hacer con ella, le pasó a más de uno.
    Bonita historia.

    ResponderEliminar
  22. pero qué guapa estás!!!!
    Desde luego tu texto lo podría haber escrito yo de principio a fin: tus miedos, tus preocupaciones, el ayuno, la boca seca....
    Me has trasladado a ese momento y lo he revivido a la vez que te iba leyendo. Gracias por recordarme incluso mis miedos.
    Lo he disfrutado mucho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que de mi fila de niñas, todas debíamos tener miedos similares. Era un tiempo, una manera de endilgar terrores que imagino no pensaban que afectaran tanto :-)

      Un abrazo, y gracias. Por un bonito viernes

      Eliminar
  23. Es lo que tiene la inocencia dela infancia, nos creemos muchas cosas influidos por los adultos, y también claro por las creencias que nos inculcan. Un muy buen recuerdo más allá de ese momento incomodo, no?

    Un beso dulce.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi recuerdo es bonito, un tanto agridulce. Ayer empecé a ver una miniserie de judíos supe ortodoxos. Pensé en qué tantos ceremoniales, ritos, costumbres, aislamiento ...y me dio mucha pena.

      Un abrazo, Dulce

      Eliminar
  24. Boa tarde Alba. Quando vemos essa foto da infância dessa menina, a memória da nossa infância vem grandemente a nossa mente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Somos ese niño, que creció en un mundo concreto, para ser quienes somos ahora. Muchas gracias. Un abrazo

      Eliminar
  25. Mira que es grande el mundo y todavia se hacen casas!!!
    que coincidencia!!! Esto decia mi madre cuendo habia una coincidencia tan ajustada. Pongo tus palabras en mi comentario porque a simple vista he hecho lo mismo que tú.Ir a las monjas toda la vida y tener la misma preocupacón: Ni masticar ni tomar nada ni agua desde la medianoche anterior. Y por igual el vestido que tambien era de tul. con pliegues horizontales. LLegó el dia y con el coco comido por unas ideas absurdas, fuí a comulgar con mmis compañeras del colegio. LLevaba igual qeu tu el aviso deno esuiciarme y sobretodo de cuidar del vestido porqué habia que ir a la procesión del Corpus unos dias despues. Abaron las fiestas religosas, y solo unos años más tarde recordé que la noche que tenia que sar vigen, sedienta y hambrienta, me habia levantado a beber agua a eso de las do de la madrugada. Madre mia!!! que pecado tan grande.
    Iria a los infiernos por siempre más!!! creo que tuve remordimientos Hasta que me casé. Ja,ja,ja,ja!!

    s

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eran los tiempos. Muy pasada la mitad dé siglo, seguíamos con esa férrea imposición de un cristianismo cuya esencia estaba un tanto desvirtuada. Somos legión las niñas con vestido similares. Me ha encantado lo de años más tarde, en la boda, con vestidos similares, recuperar la misma imagen "virgen, sedienta y hambrienta". Y añado ignorantes de la vida afectiva, en general.

      Un abrazo, y por un finde estupendo, con bonitos recuerdos

      Eliminar
  26. Bendita inocencia, la de la infancia, Albada. Es en el fondo el mejor portal de cara a nuestro caminar en la vida. Aquí lo retratas al unísono con tu fotografía que ya por aquel entonces se le ve cara de genio y creativa. Extraordinaria elección narrativo.

    Abrazos con cariño y Feliz Nadal !!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Era una opción que me pareció justa. Hay fotos que nos llevan a ese instante de un inicio de vida, con siete añitos, justo sales de la etapa de la magia infantil. Mi gesto, casi adusto, refleja que no quería ser espectadora dormida de nada :-)

      Un abrazo, y Bon Nadal

      Eliminar
  27. Pues yo aún me adelanté, porque como querían que la hiciéramos juntos con mie hermano mayor, con seis años recién cumplidos. Las monjas le dijeron a mi madre que no se preocupara, porque estaba muy bien preparado.
    La verdas es que si eras un poco obsesivo y te lo tomabas a pecho, esto de la religión te llevaba por la calle de la amargura.
    Ya tenías cara de lista de pequeña.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso era típico. Yo me salvé de hacerla con mi hermana año y medio mayor. Tal vez porque dos trajes de comunión eran ya un gasto excesivo :-). Tomárselo a pecho fue mi error hasta los doce años, cuando salté todos los muros. Sólo yo sé mis pánicos imbuidos por las monjas, pero en eso quiero ser justa. Era demasiado sensible, y eso nunca fue culpa de ellas :-).. Tiempos, Macondo, era el "Había una vez una España..."

      Un abrazo y buen finde

      Eliminar
  28. Gracias. Sí, soy yo con siete años recién cumplidos. Qué lejos queda :-)

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  29. Los miedos infantiles pueden ser gigantes que atemorizan a los niños. Y a veces para los adultos son cosas son importancia.
    Muy bueno tu relato.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son gigantes, puede que luego sólo molinos de viento, eso sí. Pero la mente infantil es tan imaginativa, que en esa etapa se pueden firmar miedos duraderos. Pero claro, desde mi hoy, eran bobadas :-)

      Un abrazo

      Eliminar
  30. Hola Alba!!! eres tú, la niña de la foto, qué bueno. La historia si no está escrita en primera persona, es demasiado anecdótica para no serlo. Se refleja muy bien eso de "Entre lo que cuento y no quiero contar". Eres más o menos de mi época, por que el vestido es muy parecido al que mi madre me hizo; y con esas diademas moños. Jo cuánto me has recordado a mi comunión y lo que pasó mi madre para buscarme vestido, yo estaba muy gordita, al final pasó dos días con sus noches cosiendo sin parar. Muy bueno el relato compañera.Todas esas escenas de la hostia sagrada y los zapatos en la comunión; el catecismo, la escuela de niñas. Gusto en leerte. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verídica, si bien recuerdo más los miedos que los ratos felices que rodearon a esa primera comunión, seguro que los hubo y no los recuerdo. El vestido llevaba dos Corpus Cristi, así que había demostrado su calidad. Me alegro que te recordara tu propio día especial de infancia.

      Un abrazo y feliz noche

      Eliminar
  31. Bien logrado ese tono nostálgico, con algo de revisión sobre los absurdos temores infantiles, que tuviste que enfrontar. Bien que haya habido un punto de inflexión.
    Muy de acuerdo al tema de Neogéminis.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo y toda mi generación. Tal vez de mi clase, nadie vivió con tal intensidad los temores que nos intentaban inocular, pero cada uno es como es.

      Muchas gracias. Un abrazo, Demi

      Eliminar
  32. Que guapa vestida de comunión ! Es un día muy especial que guardamos en el corazón por siempre. Es genial enfrentar los miedos y darnos cuenta de que podemos con ellos.
    Abrazos con cariño.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, yo lo del vestido, con mucha ilusión no lo recuerdo, pero lo conocía ya, así que sorpresa no era. Los miedos es lo que recuerdo, la preocupación, la responsabilidad. Pero eran otros tiempos, y yo, excesivamente sensible, para cualquier época, para aquella en gris y sepia en especial.

      Un abrazo y muchas gracias.

      Eliminar
  33. Se te ve muy seria y concentrada. Me encantó leer este relato autobiográfico
    que nos cuenta algo de tu vida. Pero.... craso error -disculpa mi franqueza- cada vida es interesante, única y personal. En pocas palabras has pincelado tu infancia, tu casa, tu educación religiosa. Los miedos que te inocularon que, por lo que dices al final, has logrado vencer en una vida de crecimiento personal, de autoconocimiento y de hacer crecer tu criterio y pensamiento individual, lejos de dogmas impuestos pero lleno de sentido común y mesura. Tal como también te percibo en todo este tiempo en que interactuamos virtualmente.

    Un abrazo, Albada y ¡gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo decía porque mi blog es de relatos, casi exclusivamente, y claro, mi vida no tiene el interés suficiente para dar de sí mil relatos :-). Aquí era oportuno, por eso he usado mi biografía. Reconcentradita estaría yo. No recuerdo ni haberme sentado para esa foto :-).

      Un abrazo, Myriam. Feliz noche

      Eliminar
  34. Precioso relato y mas preciosa aún tu foto, estás guapisima, me encanta. Un beso, Maripau.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me veo seria, pero soy yo, por supuesto, y mis temores de ese día especial.

      Muchas gracias, José. Un abrazo grande, amigo

      Eliminar
  35. No se porque todos recuerdan ese día como algo especial y yo no lo siento tanto. Puede que porque después en mi vida pasaron cosas más importantes y que me marcaron mucho más. Al vivir entre creyentes y ateos ya me hacia cuestionar me muchas cosas. Mi abuelo una de las personas más importantes para mi no era creyente y no me acompañó en mi comunión y yo supe comprender su porque. Para mi las fotos de ese día tienen una importancia relativa, más fuerte fue lo de mi mejor amiga quien tubo que hacer la comunión de negro absoluto porque se habia muerto su abuelo. Un mundo con sus claros y oscuros en el que lo que nos tenia que hacer feliz producía miedo. Muy bien relatado, besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te criaron en una ambiente más agnóstico o ateo, así que es lógico que ese día no te diga nada. Tal vez la gente recuerda la fiesta o los regalos de ese día, o le vestido, pero claro, para ello, basta con disfrazar al niño o niña, hacer la fiesta, y que la disfrute. Yo recuerdo los temores, así que, como imaginas, mucha mucha ilusión no me hace recordar :-)

      Un abrazo

      Eliminar
  36. Bueno, creo a todos nos pasó ese temor. Un abrazo. Carlos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Era una pesadilla, eso de pensar que se pegaría al cielo del paladar, y claro, seca la boca, se pegaba sí o sí :-)

      Un abrazo

      Eliminar
  37. Linda historia y muy linda foto, un abrazo Albada ten buen fin de semana

    ResponderEliminar
  38. Me he visto reflejada en el tema de la forma consagrada. Y yo sí he tenido que ponerme algún día el dedo porque ni para dentro ni para fuera. En los ensayos, incluso las que nos dieron sin consagran, se pegaban. Por suerte, el día H no pasó.
    Supongo que después de aquella experiencia no he vuelto a comulgar o si lo he hecho, no lo recuerdo.
    Eran otros tiempos, es verdad, más "castrenses", más protocolarios. Yo comulgué de calle, la única, todas iban de novias y ellos de marineros o señores de traje y, realmente, no recuerdo mucho de ese día.
    Tu historia tiene ese punto de humor sublimminal, sutil, y sí, se te ve ahí concentrada mirando hacia el infinito y más allá.

    Un beso muy grande, Albada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eran unos tiempos rígidos y encorsetados, donde ese día se lucía a las niñas con vestidos de novia en miniatura, y se olvidaban de lo que importaba, los niños. Poco mas tarde los vestidos cambiaron a hábitos de monja, que no sabría decirte si era mejor o no :-).

      Hay que ubicarse en cada tiempo, porque si no, uno se volvería loco:-). Un abrazo, y feliz tarde, con un poquito de humor.

      Eliminar
  39. Por suerte saliste ilesa de no escupir, o atragantarte, etc. Sino además hubieras cargado con la vergüenza que se tiene mas en esa edad.
    El relato es adorable por la ternura de como lo recuerdas,

    Un abrazo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jaja, y no me caí, dejando el vestido sucio, la verdad, bien pensado, fue un día estupendo :-).

      Muchas gracias. Un abrazo, y feliz día

      Eliminar
  40. El texto es fabuloso y la fotografía lo enmarca a la perfección. Gracias por compartir esos momentos.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Inofensivo, es un texto que pretendía ser así, muy blanco. Muchas gracias, Miguel

      Un abrazo

      Eliminar
  41. Vencer los miedos merece siempre un monumento.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y lo creo, vencerlos es lo que al final nso permite seguir adelante, libres.

      Un abrazo

      Eliminar
  42. Pues aquí otra que se ha visto identificada con lo que has escrito. Los mismos miedos y preocupaciones para el momento clave jeje.
    Me ha gustado mucho leerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eran esos tiempos. Esas primeras comuniones se preparaban mucho, y era un rollo, por cierto

      Un abrazo, y feliz noche

      Eliminar
  43. Un vivo reflejo de lo que me pasó a mí. Esos miedos, eso no saber que hacer si pasaba esto o lo otro, en fin cosas de una época y de un tipo de enseñanza. Éramos felices a nuestra manera. Lo del traje lo mejor de todo, je je je .
    Lo has descrito perfectamente .
    Un abrazo Aldaba
    Puri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues me alegro que hayas podido identificarte, porque fue un tiempo, en efecto, con sus sombras, pero la infancia es gozosa, y así la quiero recordar.

      Un abrazo

      Eliminar
  44. Nos metieron muchos miedos absurdos y poco a poco nos fuimos liberando de ellos.

    Excelente tu relato autobiográfico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, eran esos tiempos medio en s`pia, en tantas y tantas cosas..

      Un abrazo

      Eliminar
  45. Albada! Pensar que guardo en una caja ese bello vestido que mi Madre eligió para mi, para lucirlo en la Primera Comunión !!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya ves, son fechas tan señaladas, que esa foto me llevó a esa edad.

      Un abrazo

      Eliminar

Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.