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lunes, 3 de agosto de 2020

Mujer fatal

Imagen de Sally Man, tomada de Bic naranja

Silvia se derretía por el muchacho rubio que pasaba en el tren de cada viernes, desde la capital al pueblo. Con su hermana Lola, ataviadas de mujeres fatal, aunque madres en miniatura, se plantaban, posando, en busca de una foto que inmortalizara el instante en las retinas del chico. Se iban a la explanada donde el convoy desaceleraba antes de entrar a una curva. No faltaban ni un viernes, aunque costó unos cuantos que el chico las mirara y siguiera con la vista, para coger la costumbre de levantarse y aplaudir luego, y acabar diciendo adiós con la mano.

Al llegar el invierno siguiente Lola se cansó. De su muñeco de trapo estúpido, de caminar para esperar un tren cuyo viajero a ella no le importaba en absoluto, y de los aires de marquesa que su hermana mayor iba adoptando de mes en mes. Pasaron los años. La muñeca en su sillita de paseo desapareció, y cuando cumplió los quince, Silvia posaba con vestidos cada vez más escotados, y con atrezzos más sofisticados, que seguía robando a su madre. No faltó ni un viernes a su cita con el destino, que había planificado hasta la extenuación.

Cuando consiguió encontrar al chico, Raúl, hecho casi un hombre ya, Silvia intentó engatusarlo. Era el número uno de su promoción de ingeniería en telecomunicaciones, pero no consiguió tentarle, si bien sonreían juntos al recordad a las niñas de la explanada, haciendo de mujeres estatuas. Cambió de planes, y se casó con un empresario de la comarca, rico y mucho mayor. Viuda joven, miraba a su hermana con envidia. Lola había iniciado una relación con Raúl, y se habían prometido. Silvia dudó mucho entre el director de una revista de moda y su amor platónico de infancia, pero acabó haciendo lo que desde niña era capaz de hacer.

El accidente de Lola, un tanto incomprensible, dejó roto a Raúl, quien por segunda vez hizo caso omiso a los encantos de Silvia. Ahora, con cuarenta años y dos esposos enterrados; con una hija de cada esposo, la fortuna heredada en bienes raíces y títulos del IBEX, se la puede ver en la terraza de su ático en el barrio de Salamanca. Siempre sola, mira el cielo de Madrid cada tarde. Mientras piensa, recuerda, o deja ir su imaginación, acaricia la cara de esa hermana lejana que muestra la instantánea añeja. 

Algunos miembros de la servidumbre dicen haberla visto llorar. Por supuesto, yo, que acabé siendo la tercera hija, no me lo creo. Me dejaba en la sillita, tras un árbol, durante el tiempo en el que “posaba” para Raúl. Y nunca le importó si yo me moría de frío, o de hambre, o de rabia, hasta que mi madre sospechó de la marca de su mano en mi carrillo, y le prohibió sacarme de paseo.

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59 comentarios:

  1. Una historia extremadamente bien tejida, con un final triste. La vida no se puede imponer, las poses no son un juego. Abrazos

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    1. Ese final parecía más que ganado a pulso por Silvia. Creo que hay obsesiones, con posados o no, que crecen en algunas mentes, y destrozan el corazón, dejándolo como carcomido.

      Un abrazo, Ester

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  2. Ese final triste pone y baja al lector del mundo de los sueños a una cruel realidad.
    Un abrazo.

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    1. La realidad es que el dinero no da la felicidad, si bien ayuda mucho :-)

      Un abrazo, y por una bonita tarde para ti.

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  3. Muy en línea tu revoltoso relato con las imágenes de Sally Mann. Sally Mann fotografía a niñas casi adolescentes con poses, miradas y gestos inquietantes, turbadores. Inquietantes y turbadores para el espectador, por supuesto. No es fácil en estos tiempos de correcciones contemplar la obra de la fotógrafa. En ese sentido tu texto ha sido más precavido.

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    1. Me parece lo mejor. Es el lector, el que ve, las actitudes que reprocha en las niñas fotografiadas. No hay nada como la mirada para otorgar realidades que sólo existen en la mente.

      Mi final es muy precavido, es verdad. Un abrazo

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  4. Como viene siendo habitual en ti, Albada. Es una historia inquietante bajo las cuerdas de una guitarra muy bien afinadas. El compás del tempo de la misma habla claro y contundente, sonando con su estribillo y sus estrofas pero es como si quisiera trasladar los quejidos de la madera que de forma estremecedora el público contempla un final que no esperaba. Pero que es una gran realidad.
    Gracias amiga, por tenernos siempre en vilo de como son tus geniales relatos.

    Abrazos con cariño en este primer lunes de agosto...


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    1. Joaquin, leo tu comentario y casi enrojezco. El símil es encantador y ojalá cercano a lo que quise exponer. Una caja de consonancia de un posible pasado extraño que explique, si no justifique, un presente roto. Un maravilloso halago, que mi pluma, no lo dudes, no merece.

      Un abrazo y muchas gracias. De verdad, esa guitarra capta las vibraciones del aire sobre las cuerdas, del latir de la lectura.

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  5. Una historia inquietante muy bien escrita.

    Felicitaciones

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    1. Pues muchas gracias, Ana. Un abrazo, y feliz tarde te deseo.

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  6. Vaya carrera, la de Silvia. Asfixiante y enfermizo ambiente el que has descrito desde el principio.
    Redondo como siempre
    Gracias besos y abrazos

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    1. Las obsesiones son muy malas consejeras, y nunca sabremos qué movió a ese alma torturad de Salvia a ser quien llegó a ser.

      Muchas gracias, amigo. Un abrazo y feliz tarde

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    1. De dolor, no te quepa duda, porque esa mujer fatal, feliz no llegó a ser nunca.

      Un abrazo, Amapola

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  8. Hola, estoy impresionada con el encanto de tu pluma, haz logrado tejer una maravillosa historia a partir de una fotografía, todo el tiempo espere que se quedará con Raúl pero tal parece que no lo merecía. Saludos

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    1. Pero la realidad es que hay amores imposibles, son de una sola dirección y hacen sufrir. Por mucha coraza de frialdad o maldad que tuviera Silvia, no fue feliz.

      Muchas gracias. Un abrazo

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  9. un placer leerte y sonreír con la imagen que has puesto

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    1. A mí me produjo o inspiró el texto que escribí, porque es una foto inquietante, para quien mira, claro.

      Un abrazo

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  10. no sabía de esta artista y sus fotos, que interesante aunque hoy no demasiado correcto... y el relato acompaña mas que bien... saludos

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    1. Hoy es políticamente incorrecto muchas coas. Si embargo estoy en contra de hacer sexualización de las vestimentas de las niñas. Ya tendrán tiempo de vestirse de mujeres, les sobrará :-)

      Un abrazo

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  11. Jugaban a ser mujeres fatales. Y una de ellas se convirtió en lo que jugó a ser, siendo peligrosa, pero fallando en lo que deseaba.
    Inspirado relato.
    Besos.

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    1. Jugar es una cosa, creer o crear una obsesión es patológico. Muchas gracias por tu comentario.

      Un abrazo, y feliz tarde

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  12. Hay juegos que enganchan y jugar a ser mujer antes de tiempo suele ser peligroso. Tu relato acaba como era de esperar.
    Mujer fatal... siempre con problemas...🎵🎵🎶🎶🎶

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    1. Pues acaba como acaban la obsesiones no resueltas, los celos de la mente, el amor compulsivo y que devora la razón.

      Muchas gracias por tu lectura. Un abrazo, y feliz tarde estival

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  13. Que relato mas chuli nos has dejado, sin duda los juegos traen consecuencias y esa pequeña quiso ser mujer fatal y lo consigo a un alto precio la soledad.
    Un abrazo amiga,te salio genial.
    Besos de lunes.

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    1. Lo consigue a un precio enorme, que no compensa con las herencias, ni la podredumbre del corazón, pero hay mujeres fatales que aspiran a tener, tal vez no a ser, o gozar con ser. Saben que tienen un tesoro entre las piernas, y lo estabilizan.

      Un abrazo, y muchas gracias, Campirela.

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  14. La cruda realidad es que el dinero no nos hace felices, y ella jugó con muchos riesgos.
    Me encantó Alba.
    Abrazos y feliz semana.

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    1. Es que no da la felicidad, aunque es verdad que ayuda mucho. Hay vidas tormentosas, en parte por los riesgos que se han corrido.

      Un abrazo y feliz día

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  15. Algo retorcidillo sí es. Las obsesiones no conducen a nada bueno.
    Un beso.

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    1. Bueno, puestos a imaginar una mujer fatal, a por todo :-)

      Un beso

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  16. Dicen que Dios castiga, pero no a palos. Ese dicho podría aplicarse a Silvia, pareciera que la vida le cobró con creces. Muy buen relato que en lo breve plasma casi toda una vida.

    Un beso dulce y dulce primera semana de agosto.

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    1. La imaginé tan fría, que la dejé sola, con añoranzas y heridas amoosas, paar compensar :-)

      Un abraso, y por un feliz día para ti

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  17. Te superas cada vez, Albada, me gusta la inquietud que vas creando en el ambiente y la invitación a la sugestión. Te felicito una vez más.

    MIl besitos con cariño ♥

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    1. Al imaginar el futuro de esa nena, me pareció que sería como que truculenta, es verdad.

      Un abrazo y muchas gracias.

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  18. Una historia en blanco y negro. Me ha dado mucha tristeza...

    Buenas noches amiga

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    1. Sí, en los extremos de un arco de colores que solemos transitar. Hay obsesiones que matan lentamente.

      Un abrazo, y feliz martes, amigo.

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  19. Eres una escritora de relatos cortos estupenda.
    Atrapas inexorablemente a los lectores que nos quedamos pegados a las tramas que desgranas para nuestro deleite.
    Un gustazo leerte!
    Un beso admirado!

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    1. Son tramas a veces muy complejas y alargada en el tiempo. Me alegra que te guste pasar por este lugar, y disfrutes con ello.

      Muchas gracias, Luna. Un abrazo

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  20. Una historia que se va haciendo a cada línea más intrigante, llegando hasta ese final, que no por merecido, que produce mucha tristeza.
    En pocas líneas, has creado una vida completa. Y muy buena.
    Un beso

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    1. Si, me di cuenta luego, de que la foto me inspiró un futuro rocambolesco. A veces me voy muy lejos :-).

      Un abrazo grande, Carmela.

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  21. Me encantó la historia, inclusive el final. Enhorabuena
    Besos al alma y feliz martes.

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    1. La imaginación es tan libre, que puede volar donde quiera, por supuesto.

      Muchas gracias, Paula. Un abrazo.

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  22. Realmente Silvia es fatal. No la quisiera como hermana, ni cerca. Debe de pasarle a muchos y por eso está sola. Un claro ejemplo, parece, de que el dinero no da la felicidad.

    Confírmame: Silvia tiene mucho que ver con el accidente de Lola, ¿verdad?

    Buen relato. Como siempre

    Un abrazo grande

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    1. Imaginé que sí, que la impotencia por conseguir a Raúl la hace enloquecer del todo, y provoca el accidente de la hermana mediana. La pequeña tendrá mucho que contar, estoy segura.

      Un abrazo grande, y por un martes sensacional para ti.

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  23. Mujer fatal desde la infancia obsesionada en tener lo que deseaba pero termino mal.. Saludos y abrazo amiga.

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    1. Termina regular. En su locura podría haberse cargado a Raúl, visto lo visto. La imaginé mala, en parte por rabia.

      Un abrazo, y feliz día

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  24. Bom dia escrito excepcional parabéns.

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  25. Me has recordado a un par de mujeres de esas que no se resignan a que "su hombre" no se enamore de ellas.
    Miedo me dan.

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    1. Esta no se resignó, y en su obsesión, sufre y hace sufrir.

      Un beso, Toro

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  26. Haces lo complejo, sencillo, y del enroque logras hacer algo que atrapa y fluye, Albada.
    Una historia de obsesiones, de celos, de vacíos en realidad.
    Un beso enorme.

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    1. Es de obsesiones y frustraciones, de la desesperación de una mujer enloquecida, es verdad. Muchas gracias.

      Un abrazo y feliz día para ti

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  27. Qué buen relato. Engancha desde el inicio. Parece que la tal Silvia queriendo tenerlo todo, al final, se quedó sin nada. Amargada, sola y con la conciencia comiéndome por dentro. La maldad termina por cobrarse lo suyo.

    Muyyy bueno, Alba! Felicidades 👏🏼

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    1. Sola, acaba sola, porque la maldad al final aleja a quienes pudieran ser amistades que abriguen el corazón.

      Esta maldad, de hecho, la imaginé por no poder aceptar que su amor no sería correspondido. Un abrazo, Galilea, y gracias

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  28. Tus historias siempre tan buenas y con enseñanza

    Paz

    Isaac

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    1. Muchas gracias. El amor, como dices tú, siempre triunfa, pero a veces es una losa que carcome el corazón.

      Un abrazo, y paz, Isaac

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  29. Los finales felices, que tanto nos gustan, suelen contener espejismos , no creas :-)

    Un abrazo.

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  30. Vuelvo sobre este logrado relato que me encantó en su día.

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Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.