Tomado de Google |
El candidato rugía en su
atril:¡Debéis confiar en nosotros! Un anciano, al que la vida le borró la posibilidad de la educación, y ahora, menguada su pensión, veía como no podía pagar la
Universidad de sus hijos, indignado, tomó una banderola del Partido y la lanzó
contra el charlatán, sin recordar que ahora los mítines se blindan con un
vidrio de seguridad que separa, definitivamente, a los políticos del ciudadano.
Desde lo alto de su torre, así las cosas en aquel país, el presidente, en los
días claros, podía saludar con la mano a sus homólogos europeos y a los
ciudadanos, pero sin embargo no alcanzaba a entender lo que le gritaba el
pueblo congregado abajo. Cuando empezó a caer, lo oyó por fin, ¡no hay
cimientos, se hunde! escuchó, aunque ya era demasiado tarde.
El final me ha gustado, no entiendo mucho sobre esos actos, a ellos acuden los del propio partido, los que ya saben que les van a votar, me parece un despilfarro de dinero y una perdida de energía. Abrazos
ResponderEliminarEl final es ficticio, por supuesto. Salen de rositas de tantas mentiras y promesas que llegan a decir en campaña. A mí me parecía que igual que la oratoria en sí no es mala, y pienso en Obama, es excesivo los gastos, los esfuerzos y el electoralismo que usan en cada tragedia del país.
EliminarUn abrazo
Para ser político solo se necesita facilidad para poder olvidar lo que se promete en los atriles.
ResponderEliminarBesos.
En España se ha llegado a la situación de que quienes quieren hacer política desde la honradez y la coherencia se ven echados, o se van, porque quieren dormir en paz.
EliminarPero es ficción, quiero creer. Un abrazo
Los políticos y en la mayoría de los sitios casi todos son iguales; unos farsantes y arrancapinos.
ResponderEliminarBesos Albada.
Se parecen demasiado, y lo que me fascina es el gasto que generan, porque al final, por disciplina de voto, con un representante de cada partido y un por par de suplentes tendrían bastante, y nos hartamos a pagar regionales, nacionales, senadores y venga y venga de asesores y de pamplinas. En fin, era un cuento con final final :-)
EliminarUn beso
No son pocos los que se hunden, porque como dice tu cuento, no tienen bases que les sostengan.Solo permanecen como esos muñecos de feria, atornillados a la baranda del exhibidor. Gracias, Albada y que tengas días felices !!
ResponderEliminarTendrán pies de barro, pero hay que ver lo que aguantan. Los ciudadanos, cada vez más lejos, igual un día se cansan. Viven en universos paralelos. Y les vendría bien, de vez en cuando, tomar un metro, pedir cita al médico, mirar los precios de lo cotidiano, en fin, parecer ciudadanos.
EliminarUn abrazo
Normalmente son actos donde son jaleados por sus simpatizantes.
ResponderEliminarUn beso.
Los mítines electorales se hacen para los propios votantes, cosa que no entiendo, porque yo creía que se debían leer los programas para ganar adeptos, pero bueno. Viven en otra galaxia, y era ese concepto el que quería remarcar
EliminarUn beso
¡Muy bueno, Albada! En los mítines, los líderes pretenden parecer sólidos, generosos, capaces, sostenidos por el muro de contención de sus devotos, pero tienen los pies de barro. Su charlatanería les hunde.
ResponderEliminarUn abrazo.
Su verborrea, su oratoria, encierran intereses personales, en estas latitudes. Han conseguido que el oficio de político, servidor del ciudadano, sea sinónimo de chanchullo, avaricia, y vanidad cuanto menos. Pepe Mújica, expresidente de Uruguay, sabía lo que era ejercer de político, pero es un caso aislado y lejano, me parece. Una pena. Y no les hunde la charlatanería, en España no, ni sobornos, ni porcentajes, ni tesis ni nada. Esto es la política, un churro.
EliminarUn abrazo
Más que ficción parece una noticia.
ResponderEliminarSaludos.
Debería ser ficción, pero a veces la pluma se enrreda en la prensa, o en los noticiarios, y se lía. :-)
EliminarUn saludo
Desde lo alto de las torres es difícil escuchar y además lo único que suele verse desde esa altura es el horizonte lejano. Los cimientos son indispensables y a muchos se le olvida cuando ascienden.
ResponderEliminarBesos
Hay principios que han de abandonar para ascender en los partidos, porque se volverían contra ellos y contra su descanso nocturno. Las torres de marfil les son imprescindibles para justificar muchas de sus tesis. No saber de la realidad a veces creo que les sirve de defensa par poder conciliar el sueño.
EliminarUn churro, como digo. Me cansa esta generación de politicastros españoles, echo de menos el cerebro, por ejemplo. Un beso grande
Tan no escuchan que hasta dan pena.
EliminarDarían pena si no fuera tan caro mantener a esos vividores.
EliminarUn abrazo
Como en el Supremo pillen al anciano le meten 50 años por rebelión, delito de odio, sedición y malversación de banderola.
ResponderEliminarBesos.
Pensaban lo mismo mientras lo escribía, porque con la ley mordaza, de nuevo cuño, capaz que tirar una bandera de un partido sea delito. :-)
EliminarUn beso
De "ídolo con pies de barro" le sobra lo de "ídolo" porque ya no creo que nadie admire a los políticos, sean de la tendencia o calaña que sean. O se corrompen, o se marchan a su casa aborrecidos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los buenos se largan. Buscan otro desarrollo profesional, que les permita dormir. Tienen los pies de barro, sin duda, pero con zapatos de cocodrilo, y claro, así no notan las piedras del camino, eso si caminan :-)
EliminarUn abrazo
Comparo la política con el teatro, si hacemos memoria, suele ganar las elecciones quien mejor puesta en escena hace...no tardamos en comprobar que se trata de TEATRO...
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad. Y eso me parece que sería menos grave si no les pagáramos los currantes. Los maquillajes pueden ser densos, pero a veces se les ve el plumero.
EliminarBendito teatro, benditas las ayudas y subvenciones que tenía y ese IVA pequeño, diez por ciento, frente al veintiuno. Ahora lo de las subvenciones, como se cerró le grifo, se han de hacer equilibrios presupuestarios y rezar mucho para poder vivir de ser actor. En fin, este país y sus cosas. Un abrazo
El final no es ficticio como alguien dice. Ese debería ser el final de quienes lideran el gigantesco sistema corrupción en la política, la administración pública, las finanzas y la economía.
ResponderEliminarMejor un saludo y un abrazo para ti.
Ese final sería lo propio, pero ya hemos olvidado que nosotros somos los actores, porque hace tiempo que nos vemos como marionetas. Pero estaría bien que alguna vez recordásemos, en la realidad, que a los gigantes con pies de barro se les puede vencer.
EliminarUn abrazo para ti, amigo
Muy bueno Albada Dos, me gustó mucho.
ResponderEliminarTodo tu blog está muy bueno.
Besos al alma y feliz inicio de semana.
Me alegra que te haya gustado el blog en general. Variopinto tal vez, pero espero que puedas disfrutar con ello.
EliminarBesos Paula
Yo creo que todos los políticos nos cuentan lo que queremos oir, pero otra cosa es lo que luego hagan, que prometen y nunca cumplen.
ResponderEliminarY sigo leyendo las entradas que tenía pendientes, no quiero perderme ni una.
Besos enormes y feliz tarde.
Los políticos tiene un discurso, a veces elaborarán un relato incluso, pero al final no son pueblo, sino que se miran a los ciudadanos desde la distancia, y así vamos mal siempre.
EliminarUn beso grande y feliz martes