Imagen de Dorotea |
Don Quijote llegó con su escudero Sancho a un bosque encantado. Blancanieves era esa princesa que acababa de morder una manzana envenenada, ofrecida por una reina malvada, disfrazada de viejecita decrépita.
En un claro vieron una casa, que para el hidalgo fuera un castillo con almenas invisibles, de cuya chimenea salía humo. Era de una paella apelmazada, de la que dieron buena cuenta, sin quejarse. Hacían la digestión cuando escucharon voces cantando: "Haibo Haibo, a casa a descansar". Siete voces se acercaban rápidamente. El hidalgo miró a diestra y a siniestra y, excitado y nervioso rugió.
—Al
suelo Sancho, miremos quiénes vienen así cantando, de los avernos, sin duda-
—Para
qué, si entran verán que ellos son más y nos atacarán, estemos o no en el suelo.
—No
seas torpe, si les vemos podremos preparar las armas para
defender este castillo de los demonios, que ya ves que nos persiguen, por los embrujos de algún malandrín. Sancho
miró alrededor, en busca de resguardo. Una mesa bajita acogía ocho
sillas, siete de las cuales eran muy bajas
—Como
quiera su merced- dijo sin convicción, metiendo barriga para intentar, si podía, guarecerse bajo la mesa.
Vieron
a siete enanitos, con herramientas de trabajo, salvo el primero , quien portaba
un candil. Blancanieves, exánime, quien para D. Quijote era su Dulcinea, yacía cerca de la puerta, sin que el hidalgo
la hubiera visto al llegar, fruto de otro encantamiento. Cuando escuchó los llantos y lamentos de los enanitos,
que instantáneamente identificó como los siete demonios, montó en cólera.
Les gritó por sus nombres, con voz afiebrada y tras afinar su garganta - Lucifer, Belcebú,
Satán, Abadón, Mammón, Belfegor y Asmodeo...Aquí estoy, para vengar a mi amada. A fé mía que os rebanaré el cuellos a todos-bramó, teniendo que toser por el esfuerzo después.
—Son
enanitos mi señor- se permitió decir Sancho, quien lloraba contagiado por los
pequeños seres y por la belleza de la muchacha, quien yacía tan blanca, tan pura y tan bella.
Ante
la locura del hidalgo, quien se había armado con su lanza, los enanitos se
tendieron en el suelo, como les indicara Sancho, esperando a que su señor se
calmara.
El hidalgo, ya sereno tras ver lo pacíficos que eran los enanos, se arrodilló ante la mujer dormida, le besó la frente luego, y, al instante, se creyó el más guapo príncipe de toda la cristiandad. Pero eso ya es otro cuento.
Un mix de cuentos, bien resuelto, entiendo que las palabras hay que contarlas pero podría haber seguido leyendo. Abrazos
ResponderEliminarEsq ue cambia tanto D. Quijote, que igual sí da para otro post, porque Blancanieves se despierta con otro beso, no con el suyo :-). Cuando vi las posibilidades, me quedé con esta al instante.
EliminarUn abrazo y por los cuentos que nos hagan sonreír, que de lobos ya estamos caperucitas perdidas, o hartas, no sé :-)
Ja ja ja ja Diverido, Albada.
ResponderEliminarMe encanta esta propuesta. Y tú lo has hecho genial.
Besotes manchegos
La propuesta dá para disparates muy divertidos. Pues me alegra que te haya gustado, Maite.
EliminarHombre, manchegos...los besos y los quesos, dí que sí.
Te ha quedado un maridaje estupendo entre dos historias tan diferentes. O no tanto.
ResponderEliminarPor aquí, hoy es festivo. Feliz día de la "cincomarzada".
Un abrazo.
Me reí bastante imaginando, así que está bien. No sé si los cuentos en sí se diferencian mucho, ahora que lo dices.
EliminarPues a disfrutar del festivo aragonés. Un abrazo
Una buena mezcla produce un buen cóctel ;)
ResponderEliminarUn beso.
NUnca mejor dicho, los buenos platos, con buenos manjares.
EliminarUn beso, Alfred
Jaaaa,,, Qe bueno, gracias amiga por escribir este mini cuento de lo más agradable, ese Quijote enamorado de blancanieves pensando en su Dulcinea ..maravilloso te quedó ..Este jueves como he dicho será muy gratificante leer todos los relatos .sin duda la imaginación se ha puesto de gala .Un beso y feliz jueves.
ResponderEliminarSerá y está siendo de diversión asegurada, lo que en tiempos del coronavirus va bien :-)
EliminarUn abrazo, Campoirela. Por una tarde divertida
Es dificil hacerlo más corto, pero imposible hacerlo más brillante.
ResponderEliminarUn beso.
jaja, gracias :-). Un abrazo
EliminarMuy bueno , si señor , muy bueno esta mezcla de cuentos. Te felicito por la forma y como describes las escenas.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Lo importante es que era posible, y me he divertido, así que ya me vale :-)
EliminarGracias. Un abrazo
Genial este cóctel de cuentos, mi felicitación Albada, me han encantado.
ResponderEliminarFeliz jueves.
Bss
Claro, es que las dos historia por separado tienen cosas muy buenas y alguna comicidad. El Quijote me hizo sonreír durante horas, por cierto, Blancanieves no tanto.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Por favor, Lo que me ha gustado!! Eres magnífica fusionando cuentos. Te felicito, lo he disfrutado mucho, Preciosa.
ResponderEliminarMil besitos con cariño ❤️
Pues muchas gracias, ya somos dos que hemos disfrutado :-)
EliminarUn abrazo y por una tarde sin cuentos chinos, con bellos cuentos,locos, si puede ser.
Pues a mí se me ha hecho corto tu tremendo relato. Felicidades porque has mezclado dos historias que aparentemente están en las antípodas. No se me hubiera ocurrido a mí. Me alegra que haya sido a ti y poderla disfrutar de esta manera.
ResponderEliminarLo de los demonios es mortal. Me encanta :-)
Un beso muy grande.
Se te había podido ocurrir, no lo niegues, pero ante personajes y escenarios, me pareció tentador esta combinación, posible, ya se ve :-)
EliminarUn abrazo
Está bien con esas palabras.
ResponderEliminarBien ensamblado el personaje y el escenario.
Un abrazo.
Me gusta escribir concentradito, pero a veces no se puede :-). Muchas gracias, Demiurgo.
EliminarUn abrazo y por tardes con cuentos de hadas, buenas, eso sí.
Hola guapa, me gusta mucho este mix de Don Quijote y los 7 enanitos.
ResponderEliminarQue imaginación más buena tienes amiga mía, besos de flor.
Es un mestizaje que salió medio cómico, porque lo iba imaginando, lo cual en mí no es extraño :-)
EliminarMuchas gracias, Flor. Por una tarde bonita y soleada
Muy divertido tu relato. Me rio de imaginarme toda la escena: Don Quijote y Sancho Panza luchando con los 7 enanitos cual contra los molinos de viento. Claro que Don Quijote gana con Bancanieves como Dulcinea del Toboso jejejeje.
ResponderEliminarBesotes
gan y mucho, pues se ve que la moza en cuestión era poco agraciada y de voz casi hombruna, así que D. Quijote gana, ya lo creo, máxime cuando se convierte, o cree convertirse, en un apuesto príncipe de cuento. :-)
EliminarUn abrazo y por una tarde con imaginación y buenas lecturas.
Solo Don Quijote podía ver demonios en los enanos más inofensivos de los cuentos. Muy ocurrente lo tuyo. Y siempre he tenido la duda, de cómo es la canción de los siete enanitos. I Home, I go, Hi ho…
ResponderEliminarUn beso dulce.
Es que si no imaginaba a su manera, no sería D. Quijote :-) Hi ho, dice la canción. Silbando al trabajar, Cualquier quehacer, Es un placer, Si se hace sin pensar. Hi-ho, hi-ho, A casa a descansar :-)
EliminarUn abrazo, Dulce, y pro las canciones de Walt Disney, todas maravillosas
Te ha quedado genial, Albada:
ResponderEliminarMuy bueno el lenguaje, los demonios, los enanitos, Sancho y Blancanieves.
Muy logrado...
Besos y felicidades
Pues muchas gracias Ana. Era un desafío muy divertido, en mi caso la menos, y me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo y por una tarde feliz y gozosa, golosa también, ya puestos...
Ah... Don Quijote genial...
ResponderEliminarLo malo es que el hidalgo caballero ahora se cree el príncipe más agraciado de la cristiandad, amiga, y ya veremos, si loco pero guapo, no tendrá aventuras más locas aún, porque princesas bellas del cuento, hay muchas donde elegir :-)
EliminarA por la tarde, que sea bonita
Cuando se es buena ni como taparlo, mucha creatividad ¡que se desborda! :) me gustó mucho un abrazo grande
ResponderEliminarPues me alegro que te gustara, porque disfruté escribiendo :-)
EliminarGracias y por una tarde bonita, Susy. Un abrazo
Enhorabuena por Sancho Panza que controló la fiera de La Mancha antes de que se ensañara con los enanitos. Muy buen relato! Gracias por participar y un abrazo
ResponderEliminarConociendo a su señor, el pobre Sancho sabía que mejor dejar que se calmara :-)
EliminarGracias, Dorotea, tu propuesta era de verdad fantástica. Un abrazo
Pues me gusta, ya ves...
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades por este trabajo.
Me alegro mucho que te gustara, porque como cuento, todo cabe, ¿no?
EliminarUn abrazo y pro una feliz tarde
ResponderEliminarLa muerte se llamaba Soledad y la enfermedad, su ayudanta en la funeraria, Dolores.
Durante toda una vida desde muy joven, tuvo vocación por los muertos. Soledad estudió criminología pero era una carrera que no le satisfacía del todo...Por esa causa, echó curriculum en una funeraria con la ayuda venida de un hospital de enfermedad llamada Dolores pues quién mejor sino para estar mas cerca de la muerte.
Ahora Soledad tenía el tiempo limitado en la tierra tras años y años trabajando en la funeraria. Era una mujer fría y distante siempre vestida de negro. Decía la gente que sólo salía de su casa por las noches y que en noches de Luna llena, paseaba por el cementerio con Dolores para visitar a quienes habían sido sus clientes. Tenía algunos amigos como por ejemplo la locura prima de Dolores que también se hizo mujer para vivir en la tierra y que trabajaba en un psiquiátrico o el demonio que tomó el nombre prestado de Judas y se pasaba la mayor parte del tiempo trabajando en una Notaría haciendo contratos diabólicos...
Pero Soledad como es natural en un ser humano tenía miedo a su muerte. Estaba postrada desde hacía meses y Dolores se encargaba del trabajo en la funeraria que por cierto había días de muchísima clientela...No quería mirarse en un espejo. La cara se le puso blanca como la cal y la mirada hundida en el esqueleto. Sabía que llegaba su final y sus amigos intentaban animarla para sacarla alguna noche y comer algún cordero sacrificado pero ella se negaba porque había que arreglarse y arreglarse significaba recordarle su oficio cercano a la muerte pues junto a Dolores, se encargaba de maquillar a la gente fallecida de toda la ciudad...Así pues, cuando la visitaba Dolores, ésta le estudiaba las facciones de la cara y la enfermedad para cuando muriera. Quiría maquillarla como una princesa de ultratumba como el último gesto que tuviera con ella...
Soledad sin ánimo ninguno ni para comer, hizo un dibujo para indicarle cómo había de ser su maquillaje después de muerta. Dolores prestó atención esmerándose en el detalle y en el entierro de muerte, el pánico cundió por toda la ciudad y nadie pudo mantener la mirada en aquella difunta por ser mas que una muerta, un enjendro hecho realidad. Tan solo Locura y Belcebú alabaron el trabajo de Dolores...
Auqella noche, se celebró el funeral. Todos los pecados capitales se reunieron en el cementerio pues también eran la reencarnación en este mundo...Hubo algarabía y hechizos, conjuros con una celebración que duró hasta el amanecer. Al sacerdote lo humillaron burlándose de la palabra de Dios y con la luz del día, con el rocío del amanecer, cada enjendro desapareció disipándose en la neblina del nuevo día.
Soledad despertó con un enorme pavor y Dolores su ayudante, llamó al portero porque tenían que maquillar a otros muertos en la funeraria; que la esperaba abajo en el portal...Se miró al espejo para arreglarse para dar un grito de pavor pues sus ojos eran verdes fosforescentes...
Una historia de más soledad y quimeras que de una funeraria con mujeres especiales. Muy bueno.
EliminarPorque el maquillaje no borre la dicha de haber vivido, ni las arrugas de haber reído, ni los verdugones del tiempo aprovechado. Un abrazo y feliz tarde
Que buena idea, don Quijote, los enanitos y Blanca Nieves. Mientras leía imaginaba la escena y reía sola frente a la pantalla.
ResponderEliminar¡¡Aplausos Albada Dos!!
mariarosa
Pues el mejor halago que puedas hacerme, la verdad. :-)
EliminarMuchas gracias y un abrazo, Maria Rosa
qué interesante esta fusión de clásicos literarios! esta vez don quijote se dispone a atacar a enanitos, en lugar de a gigantes/molinos. por cierto, a juzgar por sus nombres, estos enanitos son un poco diabólicos. ;)
ResponderEliminarabrazos!
Para el hidalgo eran los siete demonios, así que, como buen conocedor de encantamientos, misticismos y gestas, se los sabía :-)
EliminarUn barazo y por un viernes sensacional
Que buena combinación has hecho, leyéndote no parecía nada increíble, era fácil ver a todos juntos en ese bosquecillo.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besitos
Sancho metiendo barriga me parecía poco creíble, pero era tentador ponerse así :-)
EliminarGracias, Carmela. Un abrazo y a po el viernes, con ganas.
Te admiro, Albada. Qué bien escribes, cómo te atreves con todo y qué bien lo haces.
ResponderEliminarAplaudo
Un abrazo grande
Lo mío igual es temeridad, a nada le hago ascos en eso de la escritura :-)
EliminarUn abrazo y muchas gracias, Alis. Feliz finde
Pues has logrado una magnífica mezcla de historias ficticias pero, cada una con su estilo, muy entretenidas. Ya me imagino al hidalgo Don Quijote metido en reyertas en medio del baile organizado por el príncipe que se acabó casando con Cenicienta, o intentando abatir a las pequeñas hadas que protegían a la joven princesa Aurora antes de convertirse en la bella dirmiente, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
La verdad es que mi versión es muy entretenida, sin duda :-).Imagina después, cuando llegue el príncipe guapo de turno, el pobre hidalgo intentando recuperar a su amada.
EliminarMe alegro que hayas pasado un buen rato, Josep Mª. Un abrazo
Me he inflado de reír me imaginaba la escena en todo su esplendor y y el diálogo deternillante de Sancho y su loco señor y además lo cerraste con ese famoso beso que es el perejil de todos los cuentos en los que aparece una dama y un caballero.
ResponderEliminarBueno, que hayas reído es muy buen halago, Tracy. Y sí, sin beso, el cuento quedaría cojo, más en este caso. Pues por las sonrisas, los textos locos y los cuentos para no dormir
EliminarUn abrazo
Jaja este Quijote tuyo tan ocurrente y enamoradizo... esperemos que el beso haya despertado a blancanieves. Un muy original relato. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegro que te gustara el cuento mezclado. Los besos, los del hidalgo los imagino castos, son buen remate de todo cuento :-)
EliminarUn abrazo
Jajaja! lo que le faltaba a D.Quijote, verse inmiscuido en una tribu de enanitos!!
ResponderEliminarBss.
Pues entre enemigos imaginarios y amigos invisibles, igual los enanitos no eran mala tribu :-).
EliminarUn abrazo, Mar