Acercándose un poquito más al
borde del barranco, donde se escondió el
perro, pudo divisar la granja. Con Bruno, llegó al valle, y a la finca. El
agricultor se empeñaba en alabar sus tomates y sus berenjenas, pero el caminante insistía
en otras plantas. Tras comprarle un
melón, unos calabacines y tres manojos de calçots, cejó en su empeño de comprar la mejor
marihuana de la comarca. Le habrían informado mal, se dijo. Aceptó una porción pequeña de un postre casero al despedirse.
Los calçots se veían estupendos, y le animaron a hacer una calçotada el fin de semana. Ya en su cocina, tras comer el pedazo de tarta, hecha por el granjero, le dió un poquito a Bruno. Poco después concluyó en pensar que sí había encontrado el lugar del cultivo del que tanto se hablaba, pero ese detalle ya le era indiferente. Bailaba con su perro, los dos muertos de risa, bajo la luna, quien les contestaba.
Los calçots se veían estupendos, y le animaron a hacer una calçotada el fin de semana. Ya en su cocina, tras comer el pedazo de tarta, hecha por el granjero, le dió un poquito a Bruno. Poco después concluyó en pensar que sí había encontrado el lugar del cultivo del que tanto se hablaba, pero ese detalle ya le era indiferente. Bailaba con su perro, los dos muertos de risa, bajo la luna, quien les contestaba.
El cultivo de esa planta..., hay quien las cultiva en interiores,
ResponderEliminar... plantaciones extensas que llenan los barrios de ése olor.
Besos.
Van descubriendo y van saliendo nuevas plantaciones, es verdad. Se ve que aquí se gasta pero mucho, mucho.
EliminarUn abrazo
Tengo vecinos que no tienen horas para dormir. De su ventana la calle se perfuma hasta que vino la guardia civil. Ahora la cultivan tres calles mas abajo y tan tranquilos...
ResponderEliminarQué alegría pasar por tu calle, antes y ahora un poco más bajo, ¿no?
EliminarUn abrazo
vaya, parece que al comer la tarta se animaron mucho. quizá contenía entre sus ingredientes esa planta en cuestión? yo para las tartas prefiero la canela, pero oye, para gustos... ;)
ResponderEliminarabrazos!
Seguro que la tarta estaba muy condimentada de lo que buscaba el protagonista :-)
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Vaya parece que la tarta llevaba sorpresa y les sentó bien a ambos.
ResponderEliminarMira yo prefiero los calçots jajaja
Besos
Por supuesto, los calçots estarían estupendos. :-)
EliminarUn abrazo
Vaya con el postre...
ResponderEliminarEl agricultor sabe latín.
Besos.
Pues tonto no es, seguro, y bien que acaba vendiendo su cosecha normal :-)
EliminarUn beso
jajajaj sorpresa!!!! 😊
ResponderEliminarAgradable, parece ser, que hasta al perro le sentó bien :-)
EliminarUn abrazo y por una tarde bonita
¡Cómo debía ser si hasta el perro reía!
ResponderEliminarLa torta la había hecho María, ¿no?
Yo también me río sola :-)
Un beso muy grande.
María, seguro, la esposa del granjero, o al menso acompañante :-)
EliminarUn abrazo y ríe, bajo la luna, que es sano :-)
El ingrediente sorpresa... los agricultores saben mucho... la tierra les habla.
ResponderEliminarMil besitos con sonrisa para ti, bonita ♥
Es que debemos tener buena tierra para esos cultivos, porque se animan a cultivar en todas partes :-)
EliminarUn abrazo y a por una tarde plácida
Demasiada risa floja para una tarta de chocolate.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para mí que de un tipo de chocolate sí era, no creas :-)
EliminarUn abrazo, Macondo
Bueno ya me dirás qué tenía ese postre. Aquí se llaman cebolletas, ¿o no es lo mismo?
ResponderEliminarFeliz marzo.
Son como cebolletas, plantadas dos veces. No es exactamente lo mismo. El postre contendría alguna planta, pero animosa :-)
EliminarUn abrazo y por un marzo feliz para ti
Apetitosa la calçotada y animoso y vivificante el postre. El viaje no fué en balde.
ResponderEliminarBesos.
Muy animoso ese postre, seguro :-)
EliminarUn abrazo
Es la primera vez que leo algo sobre el calçots y siempre se aprende.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias.
Son cebolletas de doble plantado, que yo no como, pero cuya salsa me enecanta
EliminarUn abrazo y feliz lunes
Jajajaja
ResponderEliminarQuiero un trozo de esa tarta! jajaja. Creyó haber cejado en su intento de comprarla... Regalada sabe mejor.
Besos
El granjero no decía tener, pero tenía, ya lo creo :-)
EliminarUn abrazo y a por el lunes
Sería una tarta mágica con poderes, ja, ja, ja,ja.
ResponderEliminarUn beso
Seguro, con aditamentos jocosos, cuanto menos.
EliminarUn abrazo y por una semana grata
Un buen postre el que le regaló el agricultor, jajaja
ResponderEliminarUn beso
Igual era la manera indirecta de publicitar otras plantas de su granja:-)
EliminarUn abrazo
Esa tarta llevaba las risas dentro de ella ..me imagino a Bruno y su perro danzando en su casa ,,Jaaa Divino..UN fuerte abrazo.
ResponderEliminarEl hombre y su perro disfrutan de las risas que les brindó el granjero, amén de los calçots :-)
EliminarUn abrazo
Un buen postre... eso parece...
ResponderEliminarMuy ingenioso tu relato...
Un beso enorme y felicidades
Un postre con secreto en sus ingredientes, casi con certeza :-)
EliminarGracias. Un abrazo, y a por este día
Jajjajaj,Bailando con el perro!Esa alegría no vino de los calçots...Seguro que estaban muy bien plantados,al "laito" de las otras
ResponderEliminarBesucos
Gó
Seguro que se disimulaban bien esas plantas. Pero tenerlas, las tenía.
EliminarUn abrazo
Bonito relato amiga, parece que la tarta estaba deliciosa que hasta bailaron y reían y la luna les contestaba, ya me imagino la fiesta. Saludos.
ResponderEliminarEsa tarta era su manera de hacer saber que sí, que el granjero, si tiene lo que iba buscando:-)
EliminarUn abrazo
Un texto muy huertano, un postre con secreto de huerta
ResponderEliminarMuy divertido este relato.
Feliz semana.
Besos
Me alegro que te hiciera sonreír porque yo lo hice, escribiendo :-)
EliminarUn abrazo
La Luna siempre tan comprensiva.
ResponderEliminarUn beso.
Tan cómplice también :-)
EliminarUn beso
Ooo con los pasteles de marihuana, a pocas dosis alegran la vida, pero si te das un hartazgo, la cosa puede acabar mal, ja,ja.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
Pues no tengo mucha experiencia, pero de las escasas, está un pastel precisamente y un firmamento cuajado de estrellas y las risas. Claro, no es baladí que con su consumo diario se disparen los debuts de paranoias, pero ese es otro cantar.
EliminarUn abrazo
Hay postres que son mejor que las guindas, incluso alguno se atrevería a tomarlo desde el aperitivo. Me has hecho reir. ¡Ya es época de calçots! como pasa el tiempo. Abrazos
ResponderEliminarPues por las sonrisas, y los calçóts, que ya es su época por acá :-)
EliminarUn abrazo, ESter
Bueno, bueno, no perdáis el juicio... diría uno de tu tierra. En la mía, sería un bacanal.
ResponderEliminarGracias por la posibilidad de leerte. ;)
jaja, lo de bacanal, con un perro bajo la luna no sé yo, pero considerado cpmp un estado de euforia lúdica, por qué no.
EliminarUn abrazo, amigo
Hola querida,apenas vi tu texto recorde mis años de universitaria, estaba en.un.grupo de teatro y cada que terminaba el ensayo sacaban sus panecillos de marihuana. Era el momento en que yo me despedía. Saludos
ResponderEliminarPues alguna vez podías haberte quedado, por probar ;-). Aquí se descubren plantaciones, caseras muchas de ellas, muy a menudo, por bien que a mí ese tema ni me va ni me viene, pero el consumo ha de ser muy alto.
EliminarUn saludo
¡Jajajaja vaya torta enmariguanada! Hasta el perro quedó contento jajaja.
ResponderEliminarBesos
Esa era la idea, no la del perro, sino del narrador :-)
EliminarUn abrazo y feliz día
Ese trocito de tarta!!!
ResponderEliminarGenial. Voy con retraso, pero voy llegando a leer tus relatos. Son estupendos. Besos
Pues no corras que no hace falta :-). Por las tartas, si dan alegría más allá del azúcar y chocolate que llevan, pues oye...sin abusar, buenas son.
EliminarUn abrazo, Maite